EM/ ‘La serpiente de verano’ la sonrisa de Castellón Información
El Aeródromo de Castellón está situado en una superficie privilegiada, frente a la Playa del Gurugú de Castellón. Su gestión fue cedida temporalmente a la sociedad deportiva: Aeroclub de Castellón. mantiene una pequeña infraestructura para el control aéreo y de los vuelos que se realizan desde y a través de él. Está indicado para avionetas, helicópteros; mantiene una base de servicios de emergencia contra incendios; y es el punto elegido por los equipos de media Europa para realizar entrenamientos de paracaidismo.
El aeródromo más ecológico
La presente noticia tiene que ver con los medios ecológicos que se ´pasean’ habitualmente por el Aedródomo y contribuyen a su mantenimiento.
Los medios tienen cuatro patas, un lenguaje ‘bilabial’ y lo más importante: comen hierba. El rebaño de ovejas ha encontrado en el aeródromo uno de sus mejores pastos, y ante la duda, se puede mirar la fotografía. ¿Impresionante no?
Lo que no se ha indicado a Castellón Información, es si existe regulación horaria entre los vuelos y las ovejas.
Otras curiosidades sobre el Aeródromo de Castellón
‘El Lluent’
Los terrenos del aeródromo albergaron originalmente los coloquialmente conocidos como ‘aiguamoll’, o dicho en castellano, afloramientos de agua, procedentes de la filtración de las zonas más altas. Se lo denominaba localmente ‘El lluent’, y como una pequeña albufera, embalsaba el agua en las épocas más lluviosas.
Desecación
Por sus condiciones, fue utilizado para la plantación del Cáñamo, y después del arroz. La zona fue objeto de una de las obras de ingeniería más importantes del XX: la desecación mediante pequeñas tuberías situadas en el subsuelo, para su aprovechamiento para diferentes usos, como el agrícola (el arroz), pero también, para evitar la proliferación de mosquitos. El mantenimiento de esta infraestructura estaba a cargo del Coto Arrocero.
Enfrentamientos del coto Arrocero con los vecinos
La proliferación de viviendas de segunda residencia en su entorno, generó enfrentamientos entre el Coto Arrocero, que denunciaba la destrucción de esta red de tuberías con los cimientos de las viviendas.
La ambición urbanística
La situación privilegiada del aeródromo, lo ha convertido en el ambicioso objetivo del Ayuntamiento durante más de 20 años, con proyectos, unas veces turísticos, otras formativo- turísticos… que siempre han requerido una inversión a la que no se ha podido hacer frente. (búsquese en la documentación castellonense ‘el reptiliario’ que se quiso construir con el proyecto Wather Front)
Enfrentamiento de los vecinos con los aviadores
El uso de estos terrenos como aeródromo, se remontaría a la década de los 40 del pasado siglo. Su ubicación, y sus vuelos, también han dado objeto a alguna polémica con los vecinos de las viviendas colindantes, desde hace más de 30 años. Los vecinos se quejaban de ‘la inseguridad de los vuelos’ sobre sus viviendas; y los aviadores, de la intransigencia de los vecinos. Estos enfrentamientos llegaron a su punto más álgido, en las década de los 80 y 90, en que la cosa pasó a las manos y llegó a los tribunales de Castellón.
“Cuando transito con el coche se me cruzan los aviones”
Una anécdota que hace sonreír sobre el aeródromo de Castellón, se remontaría a la legislatura 1987-1991, cuando era concejal delegado de Servicios Públicos Luís Pérez, del CDS. Según relató el edil: Un vecino se presentó en el Ayuntamiento para denunciar que, cuando transitaba con su coche, los aviones se le cruzaban por delante y por detrás. El concejal puso el grito en el cielo y dijo: “¡Como puede ser esto!. ¡Hay que impedirlo!”.
Claro, lo que luego supo Luís Pérez y no le había contado el vecino, es que para acortar su recorrido, el denunciante tenía por costumbre atajar por medio del campo de aviación.
Hermanamiento con los aviadores de Chatellerault
A principios de la década de los 90, con José Luís Gimeno como alcalde, los aviadores de Chatellerault invitaron a sus ‘hermanos del aire’ del Aeroclub de Castellón, a participar en los eventos con los que, en estos años se estaba celebrando el aniversario de la Revolución Francesa. Hasta allí se trasladó una representación del Aeroclub, con Marisa Ribes como concejal.
Cabe decir, como curiosidades: que la delegación hizo escala en la Bayona francesa, y que la concejal Marisa Ribes no llevaba su documentación, se la había olvidado. Pero si llevaba encima una tarjeta como concejal del Ayuntamiento de Castellón, que le permitió la entrada en el país vecino. La concejala no dejaba de susurrar “¡Cómo se entere Víctor Falomir!”.
Que uno de los miembros de aquella delegación castellonense fue José Luís Cascos, que años después ha protagonizado el primer vuelo particular al recién inaugurado Aeropuerto de Castellón.
¡Ah! y otra cosa, la delegación no llegó a participar en aquellos actos del aniversario de la revolución… prefirió realizar una visita al Parque Temático de Futuroscope en Poitiers…
