Alejandro Marín-Buck. Portavoz de Cs Ayuntamiento de Castelló
Desde la pasada legislatura, hemos visto como el Pacte del Grau, ahora Acord del Fadrell, ha ido progresivamente aumentando los kilómetros de carril bici en nuestra ciudad, como proyecto fundamental y vertebrador de lo que aspiran que sea el futuro Castellón. Obligándonos a que cambiemos los hábitos de movilidad de forma más sostenible y ecológica según reza su programa.
Quienes me conocen saben que me suelo mover caminando, en bici o incluso en patinete eléctrico, por lo que nadie me podrá recriminar mi voluntad ecológica y saludable respecto a la movilidad diaria que realizo. Digo esto, porque precisamente a nadie del equipo de gobierno he visto usando estas infraestructuras o por lo menos hacerlo de forma cotidiana, y que tantos quebraderos de cabeza están produciendo a un gran número de vecinos.
De los casi 80 Km de carril bici existentes en 2014, este gobierno tan solo ha aumentado poco más de 20km. El problema radica no tanto en el cuánto, sino en el cómo. En este caso concreto, la mayoría de carriles bici en la época previa al tripartito, se materializaron aprovechando la construcción de nuevas infraestructuras como las rondas, los paseos, pero también pintando carriles sobre aceras que en algunos casos rozaban lo absurdo e incluso lo inútil. En la actualidad se están realizando muchos carriles bici por zona urbana, a base de suprimir plazas de aparcamiento para permitir estos nuevos trazados como en la calle Herrero, el proyecto de remodelación de la avenida de Lidón, o como se ha hecho recientemente por el Paseo Ribalta para el paso del Tram.
Desde luego, este tipo de actuaciones urbanísticas tendrá críticos a favor y en contra, y es cierto que la mayoría de ciudades españolas y europeas tienden desde hace años a peatonalizar el centro de sus ciudades y dotarlos de carriles bici para favorecer la movilidad ecológica. El problema como ya he dicho antes es el cómo se debe de hacer esto.
La realidad es que Castellón ha crecido urbanísticamente sin un plan estratégico reglado, y muchas viviendas carecen de parking para sus vecinos, por lo que si suprimes las plazas de aparcamiento de las calles de forma notoria sin dar una solución alternativa, el caos, el malestar, el tiempo invertido en buscar una plaza libre se hace ya casi misión imposible, y si ponemos especial hincapié en la ecología, el aumento en CO2 correspondiente a las vueltas que ha de dar uno con su vehículo , pues apaga y vámonos.
No es de recibo que se hagan las cosas tan mal, se debería de plantear una solución ante cada proyecto que suprima plazas de aparcamiento, buscando solares donde hacer parkings gratuitos que suplan las plazas eliminadas de la calle, establecer convenios con parkings privados, o simplemente exponer y escuchar a los vecinos sobre si las medidas a adoptar son las correctas o no.
Desde Ciudadanos creemos que otra forma de hacer política es posible, proponiendo proyectos realistas y útiles, pero sobre todo escuchando a la sociedad, que sabe muy bien que necesita, cuándo y dónde. Así que Sra. Marco, aprenda a usar la sensatez de vez en cuando y utilice menos el rodillo para ejecutar sus programas que en muchos casos no cuentan con el beneplácito de los Castellonenses.
