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El presidente de la Sectorial de Jóvenes de Fepac-Asaja, Héctor Molina, asegura “lamentar enormemente” que la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat valenciana, Elena Cebrián, en, “un año y medio después de su nombramiento no haya tenido tiempo de mantener una reunión con nuestra organización”.
Molina afirma que los jóvenes agricultores “llevamos ya 18 meses esperando conocer las anunciadas nuevas políticas del Consell” recuerda a Cebrián que la Sectorial de Jóvenes de Fepac-Asaja “es la única organización agraria que da voz, voto y participación activa a los jóvenes agricultores de la Comunitat Valenciana, con más de doscientos jóvenes inscritos en la provincia y que trabajan activamente en actividades agrarias”. Además, subraya que, al mismo tiempo, “es la única organización valenciana con un representante en Bruselas en el Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores (CEJA) y que recientemente ha expuesto sobre el futuro de la agricultura europea en el comité de expertos de la Comisión de Agricultura de Bruselas”.
Según explica Molina, la Conselleria ha cumplido su palabra en que durante 2016 se harían públicas las bases para acceder a las ayudas del Plan de Desarrollo Rural y que, además, quedarían convocadas: “Lo que no contábamos era que una Conselleria, totalmente desestructurada, estuviera improvisando durante todo el año con los requisitos para que los jóvenes pudieran acceder dichas subvenciones”.
Molina asegura que, además, y para completar “la manifiesta falta de interés por el sector y los jóvenes” ha sido “una nefasta sorpresa” comprobar que para que un joven agricultor o ganadero “pueda acceder al cobro del 70 % de la ayuda (el 30 % restante a la ejecución del plan) deben tener puesta en marcha, al menos, una UTA de trabajo”.
En este sentido, Molina denuncia que difícilmente se podrán poner en marcha explotaciones agrarias “si no se puede acceder a créditos para poder iniciar el trabajo empresarial agrario. La principal petición a la Conselleria sobre el del Plan de Desarrollo Rural 2014-2020, (que se ha puesto en marcha con dos años de retraso y con los problemas que ello supone para los jóvenes agricultores) fue que, una vez cumplidos los requisitos, presentado el plan de viabilidad de los proyectos, se hiciera el esfuerzo y desembolso inmediato para evitar dichos trámites debido a la negativa de las entidades bancarias a ayudar al modelo de negocio agrario”.
Molina asegura que uno de los grandes retos que tiene por delante los sectores de la agricultura y la ganadería “es la incorporación de los jóvenes para garantizar el futuro de nuestro campo y de nuestras explotaciones ganaderas” y que “la despreocupada actitud que parece mostrar la Conselleria solo puede considerarse como una traba más en el complicado camino de todos aquellos jóvenes que quieren dedicarse a este sector y que, sin lugar a dudas, puede servir para que muchos desistan de seguir adelante”.
