Vicente Blay Casino Serra. Portavoz Adj. PP Almassora. Presidente NNGG Prov.
Normalmente las políticas y la gestión de lo público no se traducen en resultados inmediatos ni, mucho menos, en realidades visibles a corto plazo. Pero solo normalmente. En Almassora, el PSOE y Ciudadanos han conseguido que su modelo de gestión o, mejor dicho, su incapaz modelo de gestión, sea una triste realidad apreciable para todo aquel que pasee por las calles de nuestro pueblo.
No en vano, únicamente hace falta ponerse las zapatillas y pisar Almassora para percatarse de la dejadez y nulo interés que el actual Equipo de Gobierno tiene por cuidar el municipio y, por ende, a sus vecinos. El estado de abandono de diferentes parques y espacios ajardinados, la fauna salvaje que crece de forma incomprensible en aceras y el poco control de los residuos urbanos son, por desgracia, la triste carta de presentación que PSOE y Ciudadanos muestran día sí, día también, a los almassorins que salen a la calle.
No existe el día en el que, en el Partido Popular, no recibamos alguna queja vecinal fruto de molestias generadas por esa dejadez de funciones que embrutece Almassora. Enseres abandonados durante semanas en la vía pública, jardines con difícil acceso porque el césped alcanza incluso a los bancos, listas de espera interminables para utilizar el Ecoparque, aceras invadidas por seto… todo ello, aunque a este Ayuntamiento le pueda parecer como está demostrando un asunto menor, afecta al quehacer diario de la gente y es justo ahí donde la administración debe estar siempre.
Y es que el PSOE está ensuciando Almassora y solo las críticas y la presión vecinal hacen que, siempre tarde y mal, asuma sus responsabilidades en materia de servicios públicos. Pero si evidente es el abandono al que tiene sometido al casco urbano, la falta de voluntad para responder a las necesidades básicas de los almassorins que viven en la playa y Santa Quitéria roza, cuanto menos, lo esperpéntico.
Porque si para algo tiene que servir la política es para facilitarle el día a día al vecino y no, como en este caso, para hacer que éste se tope con la dejadez cuasi negligente de aquellos que, por si no fuese poco, siguen negándole la calidad asistencial que se merecen.
