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martes, 21 de mayo de 2024 | Última actualización: 23:19

¿En qué dirección caminará España?

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Esta es la pregunta que me llevo haciendo últimamente y la inquietud que comparten conmigo algunos amigos, con los que contrasto opiniones.

No tengo una única repuesta, ni siquiera sé si hay respuesta lógica a esa pregunta, pero lo que tengo muy claro es que no va a depender exclusivamente de la voluntad de nuestro Gobierno actual.

Tampoco se va a poder evitar contar con él, para poder abordar la solución a los problemas de España, pero lamentablemente los más acuciantes de esos problemas a día de hoy, es totalmente imposible que se puedan solucionar, sin un apoyo económico y financiero de la Unión Europea, que es en definitiva el ente plurinacional al que pertenecemos y a cuyas normas tendremos que sujetarnos si queremos salir del pozo en el que nos encontramos.

La clave son tres conceptos, que a partir de ahora se van a repetir hasta la saciedad:

A) Préstamos
B) Subvenciones a fondo perdido
C) Austeridad en el gasto público

Los países que han sido y siguen siendo contribuyentes natos, (los escandinavos y centro-europeos en general) bajo la batuta de Alemania y Francia, están dispuestos a poner a disposición de los conocidos PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) como principales receptores, acompañados por algunos otros de reciente incorporación a Europa que puedan necesitar también financiación, un volumen superior al medio billón de euros en términos españoles (es decir 500.0000 millones).

A partir de ahí, es cuando van a aparecer las auténticas discrepancias, para dilucidar el montante que podría ser asumible como subvención a fondo perdido sin compromiso de reembolso y el resto a ser articulado como préstamo y las condiciones del mismo y plazo de reembolso.

Posteriormente el reparto entre los beneficiarios.

Si estamos viendo las poco menos que insuperables dificultades, que nos encontramos dentro de España para la financiación de nuestras 17 Autonomías siendo todos españoles y dependiendo sólo del Gobierno Español, podremos entender mucho mejor las dificultades que va a tener el proceso de “financición de la Europa de los contribuyentes a la de los beneficiarios".

Ni Merkel ni Macron, van a consentir liberar todos esos fondos, sin unas condiciones lógicas y sensatas.
Porque ni alemanes, ni franceses y mucho menos los holandeses que ya han puesto el grito en el cielo, les volverían a votar, si comprobasen que con sus impuestos, con el fruto de su trabajo y con los resultados de su austeridad, se pagaban los caprichos, los excesos, la prodigalidad y el exceso abusivo del Gasto Público irracional e improductivo, con un número de cargos políticos e instituciones estatales o para estatales innecesarias y unas políticas sociales proteccionistas y subvencionadas irracionalmente.

Precisamente por todos esos considerandos, van a surgir muy pronto los primeros problemas dentro de Gobierno.
O Pedro Sánchez consigue poner freno a todo el programa de Gastos Sociales y Política de Empleo de Podemos reconduciendo y anulando muchas de las concesiones ya autorizadas o tan pronto lleguen a Europa sus presupuestos, serán rechazados y no recibirá ni mucho menos las ayudas solicitadas y sobre todo las que pretende tener a Fondo Perdido como Subvenciones.

Ante esa posibilidad, quedan dos posibilidades:

1) Que Pablo Iglesias y sus Ministros plieguen velas y acepten seguir en el Gobierno hasta final de la Legislatura, con lo que todo su discurso ideológico y electoral quedaría desmontado ante su electorado de cara al futuro y acabaría disuelto dentro de un socialismo menos radical pero más efectivo a largo plazo.

2) O que Pablo Iglesias apure hasta el último momento y decida no aceptar las condiciones y retire su apoyo a Pedro Sánchez, argumentando que para él, sus principios son irrenunciables y el que ha incumplido los pactos ha sido el Presidente del Gobierno, con lo que obligaría a nuevas elecciones en otoño o invierno.

En este caso, el que tendría que soportar la mayor pérdida de votos, no creo que fuera Podemos, sino el propio PSOE, que habría evitado la quiebra del Estado y el rescate irremediable, pero después de haber llevado a España a esa difícil encrucijada.

Precisamente en esa eventualidad, es en la que yo encuentro el enorme riesgo político asumido por Ciudadanos, al intentar aproximarse al PSOE de Pedro Sánchez, a fin de recuperar muchos de sus votantes de centro izquierda, entre los decepcionados del PSOE que nunca votarán a Podemos.

Un movimiento estratégico de mucho riesgo actualmente, cuya única rentabilidad le vendría de esas posibles elecciones a finales de año o principios de 2021.

Arrimadas y sus compañeros de viaje actuales, saben que pueden sacar algo más de votos por ese lado, que de las pérdidas del PP o de VOX por la derecha.

Era una elección arriesgada, pero la otra opción era desaparecer del mapa político español para siempre y mientras Girauta o Marcos de Quinto optaron por no seguir bailando de lado a lado, Inés Arrimadas, Garicano y Edmundo Val optaron por sobrevivir junto a Nart.

En las elecciones que yo anticipo a riesgo de equivocarme, probablemente la situación no cambiase de una forma radical, pero sin duda tanto el Centro Derecha como lo que quedara como Centro Izquierda, tratarían de evitar repetir este calvario vivido estos dos últimos años, en manos de los mayores enemigos de España, los terroristas e independentistas vascos, los independentistas catalanes y los más peligrosos, los Comunistas al servicio de la Hoz y el Martillo internacional, sin más Patria que su bandera roja, fracasada políticamente en todo el mundo, salvo de Corea del Norte, Cuba Y Venezuela, donde la gente muere de hambre siendo el país con más recursos naturales del mundo por habitante.

Como verán mis amigos y lectores habituales, sigo arriesgando mis opiniones como lo hice siempre, argumentando mis razones, pero con el evidente riesgo de error, porque todas esas decisiones no dependen de mi voluntad, sino de la sensatez de los actores.

Hasta la semana que viene.