Agua a presión y ácido en la emblemática obra que embellece la plaza de Huerto Sogueros de Castelló
EMC/ Castellón Información
El conjunto escultórico que embellece la plaza Huerto Sogueros de Castelló, ‘el menador’, del artista Ripollés, ha sido sometido estos días a una ‘limpieza’ en profundidad para arrancar los restos de cal que ya deslucían las figuras.
‘Limpia, hija y da esplendor’, las palabras con las que se identificaba la función de la Real Academia de la Lengua Española, se aplican ahora al arte. Aunque no ha resultado nada fácil.
Bajo la mirada atenta del artista, Ripollés, personal especializado ha trabajado a fondo sobre las esculturas de la fuente del ‘menador’.
Como explicaba el artista, el agua de lluvia no daña estas piezas de bronce, pero el agua de la fuente, mucho más mineralizada y con un gran contenido de cal, si ha ido esculpiendo día a día su propio camino. De ahí que las figuras también se hayan visto afectadas por el paso del tiempo.
Las tareas de limpieza se realizan con agua a presión, pero también con ácidos en las zonas más difíciles.
El ácido con el que se rocían las esculturas se come la cal y luego el agua retira los restos y recupera la belleza del monumento.
El conjunto de la fuente representa la antigua actividad que da nombre a la plaza: Huerto Sogueros, Hort dels Corders, en valenciano. El solar en el que se trataba y trenzaba el cáñamo que producía Castelló durante el siglo XVIII, que abastecía de cordelería a toda la armada española.
Una plaza que esconde sus pequeñas y entrañables historias, como la que representó el Rey Amadeo I, ‘importado’ por España antes de la Primera República a finales del XIX.
El Rey, que visitó Castelló, tuvo conocimiento del pleito que mantenían los cordeleros a los que quería ‘expropiar’ el Ayuntamiento de Castelló. De su propio bolsillo pagó la deuda municipal y rescató el terreno para los ‘menadores’ los que 'menaban' el cáñamo. De ahí la denominación de la plaza, y la dedicación de la calle que la comunica con la calle Zaragoza, calle de Amadeo I.
El tiempo, después, acabó con esta actividad cuando surgieron materiales más modernos que sustituyeron al cáñamo tradicional. Sin demanda, la industria decayó y el solar dejó de utilizarse para estos menesteres y se integró en el crecimiento urbano de Castelló.