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lunes, 13 de mayo de 2024 | Última actualización: 11:00

Miles de agricultores de Castellón exigen en una manifestación en València la defensa de la citricultura

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104 poblaciones de todo el arco mediterráneo, asociaciones, entidades y sindicatos agrarios piden ser escuchados

Un total de 4.000 personas, según datos de la Plataforma per la Dignitat del Llaurador, se han movilizado hoy en València, en la primera movilización de todo el sector citrícola unido en la misma ciudad, a nivel autonómico. La manifestación ha contado con el apoyo de un total de 104 poblaciones del arco mediterráneo, además de los diferentes organismos agrarios que forman esta plataforma

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Un total de 4.000 personas se han manifestado en València en defensa de la citricultura convocadas por la Plataforma per la Dignitat del Llaurador. De hecho, la manifestación ha contado con el apoyo de un total de 104 poblaciones del arco mediterráneo, además de los diferentes organismos agrarios que forman esta plataforma como la Unió de Llauradors i Ramaders, Fepac-Asaja, Grupo Intercoop de las Cooperativas Agrícolas  de la provincia de Castelló, la Associació Local de Llauradors de Nules, el Sindicato Central de Aguas del río Mijares, la Asociación de Pozos de Riego de la provincia de Castelló, la Asociación de Distribuidores  y Aplicadores  de Plaguicidas  de la provincia de Castelló, y la Asociación de Comercios y Cooperativas  de Exportación de la provincia de Castelló. Y otras entidades y asociaciones que se han sumado en esta cuarta manifestación como los sindicatos CCOO y UGT, la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de la Comunitat Valenciana o la Asociación Nacional del Sector Primario (Anseprim), entre otros.

La manifestación ha salido de la Estación del Norte de València y ha recorrido las principales calles de la ciudad para finalizar en la Delegación del Gobierno donde se ha leído el manifiesto.

De manera que, el manifiesto contempla los puntos del decálogo reivindicativo, que se leyó en las últimas manifestaciones, en el que se pide a las diferentes administraciones: ayudas directas al pequeño citricultor; revisión y renegociación de todos los acuerdos firmados por la UE con terceros países; garantía absoluta de salud para los consumidores europeos; etiquetas claras para el consumidor europeo; garantía absoluta medioambiental; reciprocidad con las exigencias europeas en temas fitosanitarios y otros; tratamiento en frío; cumplimiento de la cadena alimentaria; establecimiento de medidas de control e inspección en el etiquetaje; y establecimiento y adopción de medidas compensatorias para los productores españoles.

También se ha instado a los participantes  a participar en la nueva campaña de recogida de firmas en la que se reclama a las administraciones competentes cinco actuaciones principales: la revisión y renegociación de todos los acuerdos firmados entre la Unión Europea  y países terceros en relación a la importación de cítricos; garantizar la salud de los consumidores europeos informando de las sustancias prohibidas  por la Unión Europea con las que están tratados los cítricos importados de terceros países; garantizar la sanidad vegetal de los cítricos europeos, adoptando las medidas necesarias para la no entrada de plagas y infermedades de terceros países; asegurar el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria con la finalidad de garantizar una renta digna al agricultor; y garantizar el etiquetaje correcto del origen y variedad del producto.

Estas firmas se harán llegar a las diferentes Administraciones con competencias en el sector después de las elecciones. Para ello, desde la Plataforma  per la Dignitat del Llaurador se han puesto en contacto con los diferentes partidos políticos para trasladarles el decálogo con las diferentes medidas que demandan para salvar la citricultura y conocer los puntos de este decálogo que incluirán en sus programas electorales.

PSOE alcaldes en manifestación

Entre los asistentes a la movilización han participado alcaldesas, alcaldes y candidatos del PSPV-PSOE defendiendo la citricultura castellonense. Entre ellos se encontraban las alcaldesas de Almenara, Estíbaliz Pérez, Almassora, Merche Galí; de les Alqueries, Esther Lara; de la Vilavella, Manel Martínez; y de Borriana, Maria Josep Safont. También José Guijarro, candidato de La Llosa; Antonio Romero, concejal de Nules, el diputado y candidato al Senado, Artemi Rallo y la diputada autonómica y candidata a renovar el acta de diputada por Castellón, Sabina Escrig.

AVA-ASAJA exige una investigación para esclarecer la disparidad de márgenes comerciales

La denuncia de que todos ganan menos el agricultor ha quedado corroborada de manera irrefutable durante la actual campaña citrícola con los datos oficiales en la mano. Así, un informe elaborado por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), a partir de los resultados publicados en el Observatorio de Precios de los Alimentos del Ministerio de Agricultura, revela que, por término medio, los precios en origen de las naranjas y las clementinas de septiembre a diciembre descendieron un 20 y un 23% respectivamente en comparación con el mismo periodo del curso anterior, mientras que, por el contrario y sorprendentemente, las cotizaciones alcanzadas en destino, es decir, las abonadas por el consumidor, se incrementaron un 6 y un 8% respectivamente.

En uno de los ejercicios más desastrosos de la historia de la citricultura, los productores que han podido vender su cosecha han pasado de percibir de un ejercicio a otro, siempre según las estimaciones del Ministerio, de 0,23 a 0,18 euros por kilo (€/kg) de naranja y de 0,31 a 0,24 €/kg de clementina, una caída que en ambos casos sitúa en esta temporada los precios por debajo de los costes de producción. Esos mismos frutos se han vendido en los mercados mayoristas a 0,84 €/kg la naranja (un 6% menos que hace un año) y a 0,88 €/kg la clementina (un 5% menos).

Sin embargo, la tendencia bajista cambia radicalmente de rumbo cuando los cítricos se ponen a la venta al público: las cotizaciones en destino no solo no han reflejado esa devaluación sino que incluso han subido en el último año de 1,70 a 1,80 €/kg en naranjas y de 2,21 a 2,38 €/kg en clementinas. Esta paradójica evolución de los precios a lo largo de la cadena de valor se traduce en un incremento del 1.000% en el caso de la naranja y del 991% en clementina entre el precio que percibe el productor y el que paga después el consumidor en la tienda.

Respecto a las cotizaciones que maneja el Ministerio, AVA-Asaja considera que no se ajustan a la realidad citrícola y resultan bastante más elevadas que los precios obtenidos a pie de campo. Tanto es así que, según la Mesa de Precios de Cítricos del Consulado de la Lonja de Valencia –institución que reúne a productores y comercializadores para fijar las cotizaciones semanales de referencia– durante el periodo de máxima comercialización los precios medios de la naranja navelina bajaron a 0,15 €/kg y los de la clemenules a 0,18 €/kg. De todos modos, los datos oficiales sí sirven para reflejar con precisión los desniveles y asimetrías que se producen a lo largo de la cadena alimentaria.

El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, denuncia “la indignante situación que atraviesa la citricultura y la agricultura valenciana en general, con miles de productores hundidos en la miseria mientras el resto de los eslabones de la cadena obtienen sus márgenes comerciales. Esto demuestra la completa indefensión que sufren los agricultores, y en este caso también los consumidores. En esta partida algunos están jugando con las cartas marcadas. Resulta urgente que, por un lado, el Gobierno central mejore la dudosa eficacia de la Ley de la Cadena para evitar este tipo de abusos, y que, por su parte, la Unión Europea no siga mareando la perdiz y desarrolle y apruebe de una vez por todas una normativa ambiciosa sobre este tema a nivel comunitario”.

Ante esta situación especialmente sangrante que atañe a los cítricos, AVA-Asaja exige a las administraciones que pongan en marcha una comisión de investigación para esclarecer la disparidad de márgenes comerciales que existen a lo largo de la cadena de valor de naranjas y mandarinas, desde el campo hasta el lineal de los supermercados.

El estudio de AVA-Asaja también refleja que este problema, lejos de ser puntual, viene agravándose en la última década. Los precios medios que reciben los citricultores han experimentado una disminución del 8% en naranjas y del 17% en clementinas durante el periodo 2009-2018, mientras que los consumidores han visto como los precios que pagan han aumentado hasta un 22% en naranjas y un 25% en clementinas. “La crisis citrícola se ceba con los agricultores –afirma Aguado– y lo que debe entender la sociedad es que hay que garantizar la rentabilidad al productor de la fruta, porque sin él, todos acabaremos perdiendo un sector fundamental de la economía, un aliado del paisaje y un emblema de nuestra identidad”.