Susana Ros. Diputada socialista por Castellón en el Congreso.
El pasado jueves 1 de Agosto, el Presidente del Gobierno del PP Sr. Rajoy comparecía en el Parlamento para dar explicaciones sobre el caso Bárcenas. Vino al Senado a rastras, no por voluntad propia. Así es como acudió para dar explicaciones sobre un escándalo de enorme gravedad que afecta de lleno al PP.
Rajoy debe irse porque ha mentido a los españoles y porque está haciendo daño a España con su actuación en este escándalo.
Durante 20 años en el PP ha existido un sistema de financiación ilegal orquestado desde la sede central de este partido por Luís Bárcenas, a quien Rajoy nombró Tesorero y con quien ha continuado manteniendo la estrecha relación que demuestran los SMS que le enviaba.
Ese sistema de financiación ilegal tiene su reflejo en una contabilidad en B declarada ante el Juez por su propio autor, Luís Bárcenas, y que el PP ha destinado a inyectar con dinero negro sus campañas electorales y al pago sobresueldos a altos dirigentes del partido, entre los que figuraba el propio Mariano Rajoy. Y mientras tanto, a los generosos mecenas del PP nunca les ha faltado contratas de obras y servicios públicos.
La confesión de Bárcenas ante el Juez –apoyada en abundante documentación- de que existió una contabilidad B en el PP, durante 20 años, implica que sobre Rajoy pendan 2 pesadas losas: la grave acusación de haber cobrado sobresueldos en dinero negro, y la de haber mentido a los españoles cuando el 2 de Febrero pasado les dijo que era falso todo lo publicado sobre la existencia de esa contabilidad.
Rajoy y el PP con esta actitud han agravado la crisis política que está viviendo España bajo su mandato. Dañan la imagen de España en el exterior, donde la prensa refleja titulares que vinculan a nuestro país con la corrupción y con el Presidente del Gobierno. Rajoy no se ha comportado como el Presidente de un país en crisis sino como el presidente de un partido que todo indica que ha crecido, vivido y ganado elecciones aupado en un sistema de financiación ilegal.
Y cuando un Presidente empieza a hacer daño a un país, debe irse. Por eso, el PSOE seguirá exigiendo, con toda contundencia, explicaciones por este escándalo mediante todos los instrumentos a su alcance y no renuncia a presentar una moción de censura, teniendo en cuenta lo que ha pasado y todo lo que puede pasar.
