Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Ya tenemos más o menos determinada la composición de nuestro Gobierno Autonómico en base a lo que sus mismos componentes han llamado ‘el Pacte del Botànic’.
Una vez llegados al acuerdo tras arduas negociaciones, especialmente entre el PSOE y Compromís, que son los pesos pesados del mismo (o por llamarlo mejor entre los ‘egos’ desmesurados de Ximo Puig y Mónica Oltra) solo ha quedado en el alero el reparto del pastel.
Ya saben que el pastel se lo van a comer ellos , pero falta saber exactamente que parte les va a corresponder a cada uno de ellos y a sus correligionarios dejando como ‘cola de león’ a Montiel y la gente de Podemos, en este caso mucho mas sensato y menos intransigente que los anteriores.
Pero hay dos detalles que para quienes sean simpatizantes de este nuevo Tripartito les parecerán nimios y sin embargo a mí e imagino que a gran parte de los valencianos nos van a parecer una ‘Declaración de Intenciones’.
El primero de ellos es el hecho de que eluden hablar de España, para hablar del Estado Español, lo cual tiene un tufillo que a mí, nunca me ha olido bien.
Esa es la terminología que suelen usar todos los partidos regionalistas independentistas de España, para demostrar su desafección a la misma y es una forma sibilina de considerar Naciones a lo que nunca lo ha sido.
Eran son y espero que sigan siendo otros quinientos años Regiones o Comunidades Autónomas de la Nación Española.
Y ese concepto lo habían tenido muy claro tanto PSOE como PP hasta la llegada de ese vidente trastornado del socialismo español, llamado Zapatero, que en busca del apoyo de los independentistas catalanes tuvo la brillante idea de darles un poder de decisión en temas de competencia estatal, a quienes le apoyaron, le permitieron gobernar y le arruinaron luego tanto a él como al socialismo catalán que ha quedado convertido en un partido residual en Cataluña y con poco mas de la mitad de sus votantes en el total del suelo español.
Pues bien, si con aquel caldo no había suficiente, ahora el PSOE nos regala su segunda taza con un Pedro Sánchez que es la versión corregida y aumentada de su antecesor y vuelve a tropezar con la misma piedra demostrando que solo los burros muy burros suelen tropezar dos veces con el mismo obstáculo en tan corto espacio de tiempo.
Como le ocurrió a su compañero de andanzas lo acabará pagando y mucho me temo que también en la Comunidad Valenciana van a tener ‘pan para hoy….y hambre para mañana’, ya que Ximo Puig será el Montilla de Zapatero en la Comunidad Valenciana.
El segundo error y en los mismos términos y por las mismas razones ha sido referirse a la Comunidad Valenciana como País Valencia, cuando la definición oficial que se decidió entre todos los partidos de nuestra antigua Región Valenciana y anterior Reino de Valencia durante el final de la transición fue precisamente ese, para acabar con esa dicotomía de Reino o País, que en vez de acercarnos a los valencianos y hermanarnos, nos separaba.
El catalanismo militante quería que fuéramos País para poder asimilarnos luego a Paisos Catalans y los que nos sentíamos muy valencianos nunca quisimos renunciar a nuestra denominación como Reino de Valencia en defensa de nuestra tradición y nuestra historia.
Nosotros si que aceptamos de corazón esa aproximación y la hemos cumplido a rajatabla, pero el catalanismo militante en nuestra Comunidad Valenciana ha tratado permanentemente de dinamitar esa denominación y siguen erre que erre incumpliendo sus propios compromisos y faltando a los mismos de una forma reiterativa.
Para ellos sus promesas y compromisos firmados, son siempre papel mojado si no les conviene lo que firmaron en su día.
Espero que no vean en esta columna mas allá de lo que yo les expreso.
Su ‘mayoría por acumulación’ les permite gobernar pero en el fondo sus sentimientos afloran en esas expresiones que reflejan algo más íntimos e inconfesables.
Se sienten más catalanes que españoles o valencianos y esa es manera de demostrarlo.
