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miércoles, 8 de mayo de 2024 | Última actualización: 23:16

Irrelevantes

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

La Comunidad Valenciana, reconozcámoslo, es totalmente irrelevante a efectos políticos y económicos. Y los grandes culpables de esa situación son por una parte el Partido Popular y por otra una élite empresarial que ha optado sistemáticamente por reírle las gracias al inquilino de turno del Palau de la Generalitat. La ausencia de una reivindicación digna de ese nombre, la sumisión permanente al poder central, y sobre todo cuando está en manos del PP, tienen esas consecuencias.

De esta manera resulta verdaderamente humillante que el gobierno del señor Rajoy reconozca la llamada Deuda histórica de Extremadura mientras ignora los más de 13.500 millones de euros de la Deuda histórica que padece nuestra Comunidad respecto al conjunto del Estado. Resulta, insisto, humillante pero no extraña. Y es que Rajoy sabe perfectamente que la llamada “sociedad civil” valenciana, que la llamada élite político-empresarial valenciana, aquejada de ese vicio llamado “meninfotisme”, siempre se ha mostrado extremadamente dócil.

Así, el último y lamentable episodio de esa sumisión se manifestó en el tropel del empresariado valenciano que se presentó en perfecto orden de saludo en la visita de Rajoy a la Ford. Ese tropel volvió a mirar para otro lado cuando Moragues tuvo la desfachatez de prometer una nueva financiación para el 2016 y  volvió a pedir, como el año pasado, y como el otro y el otro, como si no las hubiera demandado nunca, unas infraestructuras dignas para nuestra Comunidad. En una palabra: lamentable.

Debemos recordar una vez más, porque la Memoria es muy débil, que el PP se comprometió a una nueva financiación autonómica para el 2015. No ha cumplido. Ha fracasado. Y es por ello por lo que resulta sumamente indigno que se rasguen las vestiduras los que han permitido una y otra vez que nuestra Comunidad tenga una infrafinanciación anual de más de 1.200 millones de euros, que el Corredor Mediterráneo no sea más que una entelequia,  que provincias como la nuestra, como Castellón, estén al margen de cualquier infraestructura digna de ese nombre,  y que nuestra Comunidad sea irrelevante.

Y entre los culpables de esta situación no podemos situar únicamente a los responsables políticos; la Sociedad Civil valenciana también debe entonar el “mea culpa”. Y debemos decidir de una vez si queremos como Pueblo dejar de ser irrelevantes.