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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 16:22

El mundo al revés

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

Según la última memoria publicada de la Agencia Tributaria, las grandes empresas y grandes grupos de este país tributan apenas el 6 % en el llamado Impuesto de Sociedades. Por el contrario, las pequeñas y medianas empresas tributan al 15 % en el citado impuesto. El mundo al revés, vamos. Y más si tenemos en cuenta que el tipo medio de retención a los asalariados se sitúa en el 16,7 % de IRPF.

Es decir, no sería exagerado decir que en España la progresividad fiscal no sólo no existe, es que es inversa. Y más aún si tenemos presente que además de ese ridículo porcentaje de tributación en el Impuesto de Sociedades, es sabido que 9 de cada 10 empresas del IBEX operan a través de paraísos fiscales, paraísos donde tienen 810 empresas filiales. Y tal vez lo más triste de esta situación es que el neoliberalismo patrio, tanto en su versión caspa como en su versión “cool”, suelen responder proponiendo rebajas el tramo máximo del IRPF, es decir centradas en los que más ganan, y subidas en los Impuestos indirectos, fundamentalmente en el IVA.

Es decir, persistir en ahogar a la pequeña empresa, que es la que realmente crea empleo. Un ejemplo paradigmático que no me resisto a comentar es lo que sucede con las peluquerías, sector donde, como señala Adolfo Pastor, el incremento del IVA en 13 puntos desde el 2012 se ha traducido en 13.600 empresas menos y en la pérdida de 34.000 puestos de trabajo. Y no sólo eso, es que aquellos que cumplen con sus obligaciones han visto como tienen que competir en seria desventaja con un sector sumergido cada día más amplio que no las cumple.

En definitiva, nuestro país necesita dejar de funcionar al revés, de servir única y exclusivamente a los intereses de unas élites extractivas que han salido reforzadas de la Crisis. Y para ello simplemente hay que emplear la lógica y el sentido común,  es decir perseguir el fraude fiscal de las grandes corporaciones y grandes patrimonios, fraude fiscal que representa el 75 % del total, hacer más progresivo el IRPF, evitar la elusión fiscal de facto que representa ese irrisorio 6 % que pagan los grandes grupos en Impuesto de Sociedades, y estudiar bajadas del IVA. En definitiva, conseguir una verdadera progresividad fiscal; que aquellas empresas y particulares que ganen más paguen más que aquellas empresas y aquellos particulares que ganan menos,  y favorecer la creación de empleo. Parece lógico, ¿verdad?