Mercedes Ventura. Diputada autonómica de Ciudadanos por Castellón.
Con la aprobación por parte del Consell del decreto que regula los conciertos educativos ayer, se oficializó la vida que le espera a la educación concertada. Como una profecía anunciada, llegó el decreto que regularía el próximo arreglo escolar, que ofrecería la licencia para no concertar cuando ellos lo consideran, aún contando con una gran demanda social.
Pisando fuerte llegó el pacto del Botánico que podaría el sistema educativo y cortaría las ramas que le molesten, incluidas las que han demostrado tener buenos frutos, pero resultan incómodas en su jardín por fines puramente ideológicos. Esta semana llegó el jardinero del Botànic, el señor. Marzà, que dibujó las directrices de poda y cortó toda oportunidad de florecer a la concertada. No se puede llegar al gobierno y acabar con aquello que ha demostrado que funciona, ofrecer buenos resultados y, por lo tanto, demandado por muchos valencianos y valencianas.
Yo le diría a mi querido Marzà que deje esa lucha de lado, que escuche la voz del pueblo y que disponga de los recursos económicos para mejorar la red pública donde se han detectado muchas deficiencias. Le pido reflexión y diálogo, que conozca la labor social que hacen muchas concertadas y que centre esfuerzos y recursos para mejorar lo que tenemos. Solicitamos que las escuelas tengan recursos para innovar nuevos modelos pedagógicos, disponer de espacios seguros para nuestros menores, eliminar barracones, dotar de más personal en las aulas como maestros, educadores, psicopedagogos y/o enfermeros escolares, en función de las necesidades.
En este sentido, solo cuando la Consellería de Educación avale un sistema educativo de calidad podrá invertir recursos para ampliar la red pública. Pero mientras, no impida que aquellos centros concertados que han invertido en sus infraestructuras, pedagogía innovadora y en el bienestar de la comunidad educativa sigan ofreciendo su servicio a la ciudadanía. Un servicio de calidad avalado por la demanda social.
Pero parece que los buenos resultados que demuestran los centros concertados poco importan al Consell, que lo único que busca es seguir su hoja de ruta, hacia la reducción año tras año de unidades, empezando por aquellas que no son de Educación Obligatoria. Vergüenza me da que el partido socialista siga en esta locura a Compromis, vergüenza porque fueron ellos los que instauraron la concertada y si hoy en día existe, es porque el PSOE las inventó. Solo puedo ver incongruencia en sus políticas o miedo a llevarle la contraria a su novio de Gobierno.
Finalmente, me parece muy lícito que se regule la concertada, pero siempre cuando se respeten las leyes estatales que regulan la educación concertada y la libertad de los padres y madres para elegir el proyecto educativo que desean para sus hijos e hijas. Este decreto puede tener aspectos positivos, pero es evidente que tiene un cierto carácter subjetivo a la hora de ofrecer continuidad a muchos centros concertados, por ejemplo, ¿qué se entiende por experiencia educativa innovadora? ¿Qué criterios van a llevar a cabo para indicar si un centro educativo es o no innovador? Criterios que a la fecha desconocemos.
Es un decreto que viniendo del Botànic, ya puedo predecir el futuro de la concertada cuando la consideran subsidiaria, sobre todo en lo que hace referencia a la enseñanza postobligatorias. Buscan ir reduciendo poco a poco y mermando la libertad de las familias para elegir qué proyecto educativo desean para sus hijos e hijas. Concluyo citando unas palabras del sabio Voltaire: “proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo”. Y esta es la libertad que entienden los miembros del Consell, vulnerando los derechos constitucionales sobre la libertad de toda la ciudadanía en la elección de centro educativo.
