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jueves, 9 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:07

Estamos en Navidad

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José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.

Estas fechas  son sinónimo para la mayoría de nosotros de celebraciones familiares desde siempre, en tiempos más cercanos se han introducido las conocidas como ‘comidas/cenas de empresa’; el Belén, fin de año con  inmejorables deseos para el que comienza, Reyes y los regalos correspondientes. El entorno sociocultural en el que vivimos ha introducido varios elementos ‘nuevos’ tendentes, por una parte a aumentar el consumo de un modo desproporcionado y, por otra, a desnaturalizar el sentido real de estas fechas.

Entre los anteriores baste con mencionar toda la cultura anglosajona de Papá Noel y los consiguientes regalos en Noche Buena, día en el que celebramos desde siempre, el nacimiento de Jesús, el ‘black Friday’, que hace dos telediarios lo incorporamos en nuestros comercios, y este año, a la vista de  las  ventas, parece que hemos sido  los inventores.

Para acabar el desaguisado muchos de nuestros gobernantes se empeñan en desnaturalizar los actos y costumbres, que nuestra cultura occidental con origen  en las raíces del cristianismo, celebra estos días, y me explico, si visitamos ciudades como Madrid o Barcelona es obvio el intento de desnaturalizar el sentido de estas fiestas, así se manifiesta en la  iluminación de las calles, neutra y absurdamente fría, la negativa a colocar el Belén en la Puerta de Alcalá, tradición más que centenaria o la cuasi caricaturización de los Reyes Magos en la Cabalgata, o en el caso de nuestro querido Castellón, un Belén de pacotilla, con perdón.

Es un buen ejercicio para nuestras neuronas recordar, que en estas fiestas lo que se celebra es el nacimiento de Jesús, personaje central y fundamental para todos los cristianos, que guste o no en España son mayoría, siendo más o menos practicantes; que igualmente es cierto que hay muchos compatriotas nuestros que no lo son, a lo que tienen todo el derecho del mundo, y que puede que no quieran celebrar estas fiestas, lo que continúa siendo respetable; lo que ya no lo es tanto es el empeño de desnaturalizarlas, con discursos plagados de chorradas del calibre de ‘hemos conseguido que estas fiestas traspasen el ámbito cristiano para ser días de celebración de todas las creencias ‘.

No se me ocurre que a un judío o musulmán se le diga que su celebración del ‘yonki pur’ o la fiesta por la finalización del ramadán han traspaso su sentido y se han convertido en una celebración transversal de no sé qué muy bien, y lo acepten.

Me cuesta compartir enormemente el discurso ideológico pseudoprogre que dice que la religión en occidente debe ceñirse exclusivamente al ámbito privado, sin que tenga repercusión alguna en nuestro entorno social y cultural; pues no, hoy por hoy es parte de nuestra idiosincrasia, por mucho que no guste.

Por ello el título de este artículo, pues la esencia de la celebración es  cristiano y por ello especialmente en estas fechas se nos invita a llevar a cabo alguno de sus pilares fundamentales, como compartir con los que no tienen, solidarizarnos con los que sufren  por una guerra o un atentado o ayudar a  los que tienen que emigrar de sus casas.

En fin ¡¡Feliz Navidad!!