Noticias Castellón
lunes, 29 de abril de 2024 | Última actualización: 23:03

Pascual Montoliu

Tiempo de Lectura: 3 minutos, 9 segundos

Noticias Relacionadas

Jorge Fuentes. Embajador de España.

Hace apenas un año, Pascual y yo dábamos largos paseos por el borde del mar en Benicàssim, donde ambos residíamos, desde Heliópolis hasta el Hotel Voramar y regreso. Pascual estaba en magnífica forma ya que repetía a diario aquel recorrido de diez kilómetros. Aquellos paseos me servían para aprender no pocas cosas sobre Castellón y muchas de sus localidades que él conocía de carrerilla. Era capaz de contarme vida y milagros de cada una de las villas benicenses y también conocía el desarrollo político de la comunidad valenciana, de La Plana y de Villarreal, su ciudad natal en la que acabó sus días.

Ex sacerdote, teólogo, profesor del seminario Mater Dei, al abandonar los hábitos en su madurez, desempeñó con éxito la actividad comercial expandiendo por medio mundo la cerámica de su patria chica.

Jorge Fuentes, Ximo Tirado, Toni Pitarch y Pascual Montoliu.
Jorge Fuentes, Ximo Tirado, Toni Pitarch y Pascual Montoliu.

Durante tres años, todos los lunes coincidíamos en la tertulia de esRadio pilotada habilmente por Ximo Tirado y teniendo por compañeros a Pedro Tejedo, Rafa Cerdá y Toni Pitarch. No solo durante aquella hora del atardecer  sino también durante el trayecto desde Benicàssim hasta Vila-real en que nos turnábamos al volante, Pascual y yo hablábamos de todo un poco: de la vida local, regional, nacional e internacional, de cuestiones políticas, religiosas, económicas, sociales e incluso familiares.

Su nivel en cada una de estas cuestiones era muy elevado, especialmente en terreno religioso que era el suyo y en el que tenía una actitud respetuosa hacia la Iglesia Católica que seguía siendo la suya aunque hubiera abandonado los hábitos. También era un maestro en materias de nuestra tierra valenciana que amaba profundamente. Su curiosidad intelectual no tenía límites. Gran lector, en plena madurez se matriculó en la UJI cuyas clases seguía puntualmente y con gran provecho.

Se sentía profundamente orgulloso de sus tres hijas la mayor de las cuales, Irene, se trasladó por aquellos años a Perú para trabajar en una ONG que desarrollara el nivel cultural de la región. Pascual velaba por la educación de sus hijas a las que daba clases particulares con el propósito de optimizar sus estudios y viajaba tanto como fuera necesario –unos kilómetros o muchos miles de kilómetros- para no perder el paso de sus actividades.

En el último año nos mantuvimos en contacto pensando siempre en recuperar nuestras tertulias y nuestros paseos frente al mar. Desde el último invierno, ninguna de ambas cosas resultó ya posible. Reencontré a Pascual por última vez el pasado Abril, cuando ya la enfermedad que le había abordado cruelmente en los meses anteriores, había hecho profunda mella en él.

Mis mensajes telefónicos ulteriores fueron contestados, por indicación y a dictado de Pascual, por sus hijas que le arroparon en su casa de Villarreal y en el Hospital Provincial en que acabó sus días el 21 de Junio. Sus funerales en la Iglesia Arciprestal de su ciudad natal, fueron una manifestación de afecto y admiración hacia aquella gran persona. El templo estaba abarrotado tanto en el altar como en el espacioso cuerpo central hasta el pórtico.

Releo sus casi cien columnas aparecidas en los últimos años en este diario y creo merecen ser estudiadas y publicadas conjuntamente. Coincido en muchos de sus enfoques, disiento en otros pero no me cabe ninguna duda que Pascual Montoliu era una gran persona, un hombre de corazón y un intelectual de talla.

Descansa en paz, querido amigo.