Jorge Fuentes. Embajador de España.
Vamos a tener que hablar mucho de Cataluña en las próximas semanas. En mi opinión la cosa no pinta muy bien ya que el 27/S el sí o el no al separatismo ganara por un margen estrecho y el proceso quedara abierto para continuarse en las próximas elecciones dentro de 4, de 8 o de 25 años. Me temo que los secesionistas catalanes no van a parar de darles la tabarra a sus compatriotas españolistas y de dárnosla a todos los españoles del país. Cataluña se encuentra fraccionada y reparar esa fractura va a ser tarea complicada que, en el mejor de los casos, va a requerir varias décadas.
De la misma forma que no es justo echar todas las culpas de la lamentable situación a que hemos llegado, al gobierno de Rajoy, tampoco lo es culpar a Mas del frenesí secesionista en que nos encontramos. El proceso viene de bastante lejos en uno y otro caso. Los gobiernos de UCD, PP y PSOE fueron crecientemente permisivos con Cataluña a cambio de que apoyaran sus estrechas victorias y convirtieron al President de la Generalitat en el político más poderoso del país ya que tenía la llave de la gobernabilidad de toda España. Mas no ha hecho sino seguir el paso de lo que antes había hecho Pujol y recoger los frutos sembrados por una educación descentralizada que tras 30 años de slogans del tipo "España nos roba", ha creado un caldo de cultivo difícil de corregir.
Gobernar un país diverso como España no es tarea fácil. En mi opinión lo más difícil es que hay determinadas decisiones erróneas cuyas consecuencias sobre el país se pagan en el acto (por ejemplo, entrar en una guerra equivocada o subir los impuestos en el mal momento), pero hay otras decisiones que tardan décadas en mostrar sus consecuencias, por ejemplo: las sucesivas concesiones a Cataluña de los gobiernos de Suarez, González, Aznar, Zapatero y Rajoy no tuvieron su efecto con carácter inmediato pero si lo han tenido a medio y largo plazo, es decir, el efecto aparcera ahora, el 27/S y en los años que vendrán.
Soy de los que creen que las consecuencias de una ruptura en Cataluña serian de tal envergadura, que tal quiebra nunca se producirá, pero vamos a vivir en un continuo sobresalto. Cada Presidente del Gobierno de España tendera a proceder como lo hacen los Premier británicos respecto a Gibraltar: "No he sido nombrado Primer Ministro de Su Majestad para presenciar la perdida de las colonias" (o la ruptura de España en nuestro caso).
Las elecciones del 27/S no son sino una consulta autonómica aunque los separatistas quieren disfrazarlas de plebiscitarias. España va tener que reaccionar con firmeza ya sea a través del artículo 155 de la Constitución o de sentencias del Tribunal Constitucional, evitando crear héroes, mártires encarcelados o tener que recurrir a otras soluciones extremas pero dejando claro quién manda en nuestro país. En todo el país.
El aislamiento internacional de Cataluña, el empobrecimiento inmediato de la región, la fuga de empresarios con sus capitales, la quiebra de la población serian consecuencias gravísimas para Cataluña y también para el resto de España. No veo que a estas alturas, recurrir al sentimentalismo del "Os queremos, no os vayáis" vaya a servir de gran cosa. Mucho menos valdría el ‘¡Marchaos de una vez!’. Metidos en slogans me quedo con ‘Catalanes si, rupturistas no’ de igual modo que años atrás triunfo el ‘Vascos si, ETA no’.
