Javier Valls. Director de Formación y Empleo de la Cámara de Comercio de Castellón.
El estado español cuenta en la actualidad con una tasa de desempleo juvenil del 51’4%, muy superior a la media europea que se sitúa en torno al 22%. Esta preocupante realidad es, en buena parte, fruto de un sistema educativo polarizado, en el que el porcentaje de población en edad de trabajar con formación educativa media proporcionada por la Formación Profesional es muy bajo. La sociedad española cuenta con un gran número de jóvenes que han optado por la educación superior o no han superado la educación básica, ignorando demasiado la formación media como opción de futuro. El resultado es un desequilibrio entre las necesidades del mercado laboral y la oferta formativa y un mayor desempleo juvenil entre titulados universitarios (15%) que entre los que optaron por la FP (7,35%).
Hace unos pocos años que se intenta incorporar la formación dual en el sistema educativo, pensada para que el alumno se forme en alternancia entre el centro educativo y la empresa. Se trata de un modelo que permite conocer la realidad del mundo laboral y facilita la incorporación del joven al mercado de trabajo.
Un sistema implantado, sobre todo, en países del centro y del norte de Europa y, a tenor de los datos, con excelentes resultados. Mientras que aquí mantenemos ese 51’4% de desempleo juvenil, en Alemania, uno de los estados de mayor referencia en la implantación de la formación dual, esa tasa de paro juvenil se sitúa en un 7,2%.
Una característica nada desdeñable es que el sistema de formación dual alemán, que tiene sus orígenes en los años 50, es fruto del consenso de toda la sociedad alemana: Estado Federal, Länders, organizaciones empresariales y sindicatos. La Ley actual de Formación Profesional en Alemania es de 2005, pero la anterior es de 1969. Sin embargo, ofrece una gran flexibilidad dentro del sistema educativo, permitiendo las actualizaciones y la incorporación de nuevas especialidades con cierta facilidad para adaptarse a los nuevos requerimientos y necesidades del tejido productivo. Probablemente, consenso y flexibilidad no son características de nuestro sistema educativo. Un pilar tan estratégico como la formación, no debería ser mercancía de negociación política e ideológica.
Más de 500.000 empresas alemanas, más oficinas de la Administración y despachos de profesionales liberales acogen a los aprendices que alternan su formación con el centro educativo. Y, contrariamente a lo que se suele pensar, más del 80% de las plazas las ponen a disposición pymes. El resultado es que el 60% de los aprendices se quedan en la misma empresa en la que trabajan durante su proceso formativo y, entre un 10 y un 15%, continúan en la Universidad. Al final, el porcentaje de desempleo entre los que optan por la formación dual es muy bajo.
Es cierto, que la implicación de la empresa es un factor clave dentro de este sistema de la formación dual, ya que asume los costes del contrato laboral del aprendiz, pero ese gasto – inversión se equilibra al final del proceso formativo con la validación de los trabajos desarrollados por los aprendices.
Además del aprendiz, la empresa y el centro de formación, intervienen tres figuras relevantes. De un lado, las Cámaras de Comercio alemanas, que actúan de monitores e impulsores administrativos de todo el proceso, registrando los contratos, intermediando entre empresas y aprendices, supervisando el cumplimiento de los requisitos legales, mediando en caso de conflicto, realizando los exámenes oficiales, emitiendo las titulaciones, formando a los tutores de empresa, supervisando la formación en la empresa y certificando las competencias de aquellos profesionales que no cuentan con titulación, pero sí con experiencia equivalente. Los otros protagonistas son las organizaciones empresariales y sindicatos, que consensuan los contenidos de las profesiones, proponen nuevas profesiones y forman parte de los tribunales examinadores.
Hace unos pocos días se presentó, con todos los honores, la Alianza para la Formación Profesional Dual, integrada por una red de instituciones y empresas comprometidas con el desarrollo de la formación profesional dual de calidad en España, impulsada por la Fundación Bertelsmann, conjuntamente con la Fundación Princesa Girona, la Confederación de Organizaciones Empresariales y la Cámara de Comercio de España. Sus objetivos son ambiciosos, pero se concentran en mejorar la inserción laboral de los jóvenes e impulsar este modelo de formación de calidad adaptado al contexto español. Esperemos que lo consigan.
