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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 12:36

ANTI-bióticos

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Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.

Hola a todos. En primer lugar, me gustaría pedir disculpas por estas semanas sin columna. Después de un período largo con gran carga de trabajo, puedo volver a una de mis actividades más agradecidas: intentar explicar “cosas mías” de una manera fácil y que todos aprendamos un poco más, para poder entender mejor el mundo que nos rodea y disfrutarlo mucho mejor. Así que esta semana volvemos a la carga con un tema de mucho interés para todos, los antibióticos y que está pasando con ellos.

Aunque lejos queda la invención de la penicilina, los antibióticos (sustancias que son capaces de eliminar ciertos tipos de bacterias y las enfermedades asociadas) han sido uno de los grandes inventos recientes de la humanidad, permitiendo la salvación de muchísimas vidas, como por ejemplo en las Grandes Guerras, y favoreciendo éstas en los países menos desarrollados. Sin embargo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) publicó hace poco un informe global sobre las amenazas de la resistencia a los antibióticos, cuyas conclusiones son claras: el mundo se acerca poco a poco a una situación en la que los medicamentos que usamos habitualmente serán inútiles contra las enfermedades más comunes, una especie de era post-antibióticos en la que infecciones comunes y lesiones menores puedan volver a ser un problema grave. Esto significa que los avances en la medicina moderna, que se basa en la efectividad de los medicamentos antibacterianos, está ahora en riesgo. Además es un problema global, ya que se han observado altos niveles de resistencia en las bacterias que causan infecciones comunes en todas las regiones de la OMS. En el futuro, es posible que enfermar, tomar una medicina y curarse ya no sea una secuencia tan sencilla. Por ejemplo, infecciones corrientes ya no responderán a los tratamientos comunes poniendo la vida de los pacientes en riesgo y las que sufran pacientes especialmente sensibles, como bebés, enfermos de cáncer o con transplantes de órganos podrían ser fatales.

¿Cómo hemos llegado a esto? Buena parte de la responsabilidad de haber llegado a esta situación la tiene el mal uso y abuso de los antibióticos, que han disparado la evolución de las bacterias hasta conseguir inmunizarse frente a las defensas que habíamos desarrollado para combatirlos.  Existen multitud de razones de índole no particular, como el uso de antibióticos como factor de crecimiento en ganadería durante mucho tiempo o el uso irracional de éstos en condiciones sanitarias extremas como en el tercer mundo. Sin embargo, nosotros también tenemos responsabilidad: cuando vamos al médico, a veces pedimos antibióticos para algunas enfermedades que son víricas (por tanto, no curables con ellos), ya que es creencia común que “lo curan todo”. De hecho, el Ministerio de Sanidad hace campañas para promover el uso racional de los antibióticos (ya que España es de los países que más antibióticos consume de forma desmesurada) en las que se hace especial énfasis en el uso solo cuando sean prescritos por el médico, a seguir la pauta de dosis y tiempo establecidos, entre otros.

En resumen, es evidente que en las últimas décadas se ha producido un incremento progresivo de la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, parece que existe un margen de tiempo para intentar reducir este problema, aunque ya que está claro que la culpabilidad es de todos, deberemos poner de nuestra parte para poder ahorrarnos este disgusto.  Como siempre, los comentarios están abiertos a comentarios y sugerencias. Hasta la semana que viene.