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miércoles, 22 de mayo de 2024 | Última actualización: 23:57

El presupuesto de la Administración

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Juan Fuster. Presidente de la Comisión de Transparencia y Participación del Partido Popular de la provincia de Castellón. 

Una de las tareas más importantes en una administración pública es la elaboración del presupuesto anual. De la configuración de un buen presupuesto y del control de su cumplimiento se consiguen la tan necesaria estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad financiera, conceptos especialmente relevantes desde la publicación de la Ley Orgánica 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Estabilidad Financiera.

El presupuesto se divide en dos bloques: ingresos y gastos. Los primeros son la base de la que se debe partir, pero para concretar las previsiones al máximo y contemplar unos ingresos lo más aproximados a la realidad es necesario formularse varias preguntas: ¿qué ingresos se han liquidado en la ejecución del presupuesto anterior?, ¿qué previsiones tenemos para el año?

Hay que ser muy prudentes y ajustarnos a lo efectivamente ingresado, ya que de esto va a depender el cumplimiento con la sostenibilidad financiera. No es lo mismo presupuestar en función de los padrones fiscales que sobre lo efectivamente liquidado, ya que siempre existe un porcentaje de morosidad que, aunque se vaya cobrando por la actuación ejecutiva, no sabemos de su efectividad.

Una vez conocemos los ingresos, ya sabemos qué cantidad de gastos es la que podremos incorporar al presupuesto y comenzamos por los que considero que deben prevalecer: en primer lugar, cubrir el capítulo de personal; en segundo, las obligaciones financieras (préstamos e intereses) y, en tercer lugar, los gastos del capítulo 2 como los de  mantenimiento, suministros, servicios, es decir, los conocidos como propios.

Contemplados estos gastos, hay que ver en qué situación nos encontramos y seguir decidiendo -en caso de haber saldo positivo- dónde lo deseamos destinar. Así, podemos incrementar algunos gastos impropios de la Administración, dotar subvenciones o optar por financiar inversiones con recursos propios, incluso plantearse una reducción de tasas o impuestos o presupuestar con superávit.

Con el presupuesto aprobado y con un buen seguimiento del mismo durante todo el ejercicio, podemos pensar que liquidaremos el ejercicio con unos indicadores positivos, tanto en resultado presupuestario, remanente de tesorería como estabilidad presupuestaria.