Juan José Pérez Macián. Concejal delegado del Área de Gobierno de Hacienda, Modernización y Administración Municipal del Ayuntamiento de Castellón.
A ver, Garzón, vamos a ver si te enteras, sí o sí: eres un delincuente. Has sido juzgado, oído, escuchado, defendido y...¡condenado!. Sí, Garzón, sí: CON-DE-NA-DO. Entérate ya, exjuez y vocero. Condenado por prevaricador, que es el peor adjetivo que se le puede poner a un juez en el ejercicio de su sagrada función juzgadora. Y lo has sido, no por lo que algunos ignorantes van ladrando por ahí, que si por ir contra el PP, que si por ser un adalid en la lucha contra los corruptos, que si porque molestas a los poderosos. Y una “M”. Has sido condenado e inhabilitado como juez por cometer uno de los más repugnantes delitos que un juez prevaricador puede cometer y tú cometiste: Violar a sabiendas de que lo hacías, el sagrado y último derecho constitucional y humano que a todo imputado le pertenece y que es el de disponer de una defensa que lleva indisolublemente incluido el derecho al secreto de sus comunicaciones con su abogado. Diste orden de que se grabaran esas comunicaciones y delinquiste. Vergüenza debería darte llevar sobre tus espaldas el resto de tus días semejante lacra de cuyo estigma ya nunca jamás podrás liberarte. Y sin embargo, desde tu inmadura seguridad, desde tu imprudencia infantil, desde esa soberbia irremediable que destilas por los poros, sigues encarándote a micrófonos y cámaras haciendo el más ridículo de tus ridículos al alimentar crispaciones nada edificantes en una sociedad ya tocada y casi hundida por acontecimientos ya de por sí graves.
Que reaparezcas ahora a cuenta de los papeles de Bárcenas, que salgas en defensa ahora de un personaje siniestro como tú llamado Trias, que te permitas desde tu sentenciado destierro dar instrucciones o sugerir cómo deben proceder los jueces de verdad que instruyen esas causas complejas de las que la sociedad está hoy pendiente es, más que ridículo, un insulto a España y a los españoles. ¿Pero es que aún no te has dado cuenta de que te hemos calado?. ¿Aun vives en la inopia de pensar que no sabemos que fuiste el peor juez instructor de la historia judicial española?. Por tu nefasta impericia y falta de formación procesal -quiero pensar que solo fue torpeza y no intención consciente- instruiste irregularmente tantas causas penales cuantos presuntos delincuentes quedaron sin condena por lo fácil que tú les pusiste su defensa. No solo “gürteles”, sino también narcotraficantes y terroristas, salieron de rositas de causas mal instruidas por tí. Y ahora reapareces otra vez de salvapatrias. ¿También crees que hemos olvidado tu lamentable, triste y cómico paso por la política como segundo de Felipe González en las listas al Congreso?, ¿y tu enfado de niño malcriado cuando no te nombró ministro?. No, Garzón, no lo hemos olvidado. Felipe tampoco lo ha olvidado ni lo olvidará dado el alcance de la fría venganza que urdiste contra él y los suyos. Porque Garzón...tu no eres de fiar. El que te la hace te la paga, ya lo demostraste y parece que quieres volverlo a demostrar, porque tu soberbia no te permite ni la reflexión ni el escarmiento. Todo cuanto dices o digas no es que tiene el beneficio de la duda, es que goza de la presunción de la mentira, de la manipulación y de la búsqueda del protagonismo del que te alimentas más que de lo que comes y del aire que respiras. Debías estar ahogándote ya, para salir ahora en tromba a tomar aire de protagonismo a bocanadas ante cámaras y micrófonos para zambullirte en los papeles de Bárcenas y Trias.
Exjuez y vocero, ten un poquito de vergüenza. Y si la tienes, aunque sea solo un poco, hazte un favor: ¿por qué no te callas?.
