Marisol Linares. Vicesíndica del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes Valencianas.
El domingo asistimos a la retrasmisión en directo, a través de TVE, de la Gala de entrega de los Premios Goya del cine español.
Lo que desde hacía varios días se estaba diciendo y tramando en todas las redes de comunicación fue una realidad: la gala fue una crítica al Gobierno del Partido Popular, lo cual hizo que los premios del cine pasaran a un segundo plano.
Se oyeron voces de todo tipo y de toda clase, algunas con sorna que rayaban el mal gusto en sus críticas, y todo porque en España hay ciertos personajes que se erigen en los mosqueteros defensores de la cultura y de los más débiles, olvidándose de la voluntad democrática expresada en las urnas.
Es la falsa realidad que quieren aparentar, ya que si no fuera por ‘papá Estado’ algunos de ellos ni existirían. España es uno de los pocos países del mundo donde el cine y su programación salen adelante gracias a la aportación del dinero de todos los españoles.
En unos momentos en los que la situación de muchas familias es de dificultad extrema los artistas reclaman más dinero para hacer cine. Y yo pregunto: ¿están los seis millones de parados para ir al cine? Habrá que recordarles, una vez más, que ocho años de un Gobierno llamado progresista al que apoyaron de manera incondicional fueron los causantes de la situación que ahora arrastramos y padecemos.
Para ellos no existe memoria histórica de esos ochos años.
Es una pena que estos premios, cuyo objetivo debería ser únicamente reconocer el trabajo de los artistas y del cine español que tantas alegrías y premios han cosechado, se vea empañado por un grupo de personas cuyo objetivo fundamental no es el cine, si no ir contra el Gobierno del Partido Popular, haga lo que haga. Así lo ha demostrado cada vez que en la España democrática ha gobernado el Partido Popular.
Los cambios estructurales pasan también por la financiación de la industria del cine, que al igual que los sindicatos, empresarios y otras entidades deberán agudizar el ingenio y el trabajo para sobrevivir sin que los impuestos de todos los españoles vayan a parar a materias que no son prioritarias en este momento.
La estabilidad en el tiempo de la sanidad, la educación y los servicios sociales, y la creación de empleo es lo que realmente nos tiene que preocupar a todos, incluidos los que se creen abanderados de la cultura.
