José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Todos imputados, políticos, sindicalistas, gobernantes, empresarios que han trabajado con la administración y como no, funcionarios. El miedo, la prevención, la negativa a actuar y a tomar decisiones que han formado parte siempre del normal actuar de los funcionarios y gestores de la cosa pública, sin que fuera en absoluto reprobable está generando dos lamentables situaciones no deseadas, dejando todas las decisiones de la Administración en manos de los burócratas puros y duros, con el consiguiente retraso de cualquier normal procedimiento que el "exceso de celo" conlleva , ya que siempre han entendido que lo importante es hacerlo bien, siendo secundarios los tiempos y como no, la siguiente derivada es la inseguridad que genera el embarcarse en la realización y cumplimiento de programas, proyectos, convocatorias, etc.
Lo anterior parece un galimatías un poco ininteligible ante el que podemos reaccionar diciendo que nos parece bien que haya más control, que se evite actuar a la ligera, filtrando procesos que han generado corruptelas y mucho más, cierto es, pero la situación y realidad de la Administración Pública es la que es y habitualmente, salvo los órganos recaudadores, no se caracteriza su funcionamiento por su agilidad.
Me comentaba recientemente un secretario autonómico que los técnicos de su departamento tienen una prevención exquisita, un miedo desaforado, y la sensación que se vuelve a la caza de brujas americana de la época de MacArthur, ya que por decisiones en uso de sus atribuciones, sin que hayan cometido delito alguno, algunos están imputados. Nadie quiere firmar nada.
Entiendo perfectamente su situación, pues no resulta agradable encontrarse en tal tesitura, por mucho que nos digan que esta situación otorga al ciudadano mayor seguridad jurídica al disponer desde ese momento de las coberturas que da el poder defenderse mediante abogado, etc.,.etc
Dicho lo cual, resulta lamentable que ya se están produciendo en este 2014 situaciones como mínimo chocantes, sirviendo como ejemplo como aquella en la que se están realizando proyectos de muy diversa índole, investigación o estudios a cuenta de convocatorias que están en trámite de publicarse, existiendo por otra parte la obligación de realizar el proyecto a lo largo de este año, pues así lo exigen sus bases.
Exactamente igual ocurre con la justificación de gastos, anual y a fecha del mes de diciembre aún no ha sido publicada por faltar algún requisito previo o la firma de algún funcionario.
No es posible llevar a cabo actividad o proyecto pendiente de publicación o aprobación en las fechas que estamos o que haya sido publicado en octubre o noviembre
Obviamente esto no es bueno, ni operativo ni tan siquiera lógico.
Si a la habitual lentitud de la administración por la cantidad de trámites que hay que cumplir para su desarrollo le añadimos el factor miedo de aquellos con las atribuciones para aligerar el proceso, nos podemos encontrar muy pronto con una administración de ordenadores pero con funcionamiento de manguitos y el "vuelva usted mañana".
