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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 22:28

El interior de Castelló, el gran desierto demográfico

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28 municipios de la provincia se encuentran en alerta por riesgo muy alto de despoblación

Si echa la vista atrás, ¿recuerda cuando las calles de su localidad estaban llenas de gente? Es muy probable que lleve años sin ver una imagen así, puesto que la población está inmersa en un decrecimiento intenso desde hace aproximadamente una década. Esto ha provocado que el interior de la provincia de Castelló se convierta en un gran desierto demográfico.

Inés Romero / Castellón Información

El fenómeno de la despoblación cada vez es más evidente. Según el Instituto Nacional de Estadística, la provincia de Castelló ha pasado de tener 604.564 habitantes en 2012 a 575.470 en 2017. Es cierto que en 2019 se ha registrado un ligero repunte, pero aun así no es suficiente.

La presidenta de la comisión de Medio Ambiente y Territorio, Elisa del Río, afirma que de los 171 municipios de la Comunitat Valenciana que se encuentran en riesgo de despoblación en 2019, “cerca de la mitad pertenecen a la provincia de Castelló” y 28 de ellos, como Forcall, Villores (Els Ports), Culla, Ares del Maestrat (L’Alt Maestrat), Rosell, Canet lo Roig (Baix Maestrat), están en alerta por un riesgo muy alto. Igualmente, 49 municipios tienen una densidad menor a 10 habitantes por kilómetro cuadrado, una media muy inferior a la media española y valenciana.

Mapa riesgo despoblación Castelló

Una población envejecida

Pero la pregunta es, ¿cómo se ha llegado hasta este punto? El Comité Económico y Social de la Comunitat Valenciana (CES-CV) ha explicado en el ‘Informe sobre el Medio Rural’ que, más allá de la disminución del número de residentes en las zonas rurales, la principal característica de la estructura demográfica del medio rural es su envejecimiento. Este proceso está presente “esencialmente en los municipios del interior de Castelló y Valencia y la montaña de Alicante”. Según el estudio realizado, en 2019 el índice de envejecimiento era del 348,9%, casi el triple que el del conjunto de la Comunitat Valenciana.

Asimismo, cada vez nacen menos niños y niñas y la población prefiere vivir en zonas más cercanas a la costa. “El medio rural pierde gran parte de los efectivos por la doble vía de la disminución de la natalidad y del aumento de la emigración”, declaran desde el Comité.

El aumento del éxodo rural, es decir, el desplazamiento de población desde las zonas rurales hacia las ciudades, se ha visto propiciado por varios motivos. El presidente del CES-CV, Carlos Luis Alfonso Mellado, ha señalado que esto sucede, sobre todo, porque muchas de estas comarcas del interior de Castelló “no tienen actividad industrial”. Así pues, tal y como se expone en el ‘Informe sobre el Medio Rural’, Culla, Villores, Castell de Cabres, Sueras o Vallibona, entre muchos otros, no tienen contratos en el sector industrial de los 1.071 que se han contabilizado durante el 2019 en toda la provincia.

Además, la falta de servicios públicos es otro de los factores que provocan que las personas prefieran residir en zonas costeras. “Hay pueblos que no tienen colegio, por ejemplo”, declara del Río.

Igualmente, el Comité sostiene que es necesario contar con otros equipamientos básicos que permitan mejorar la calidad de vida, como los servicios financieros. Según un estudio del Instituto Valenciano de la Edificación (IVE), en 2018 un total de 135.814 habitantes residía en localidades de la Comunitat Valenciana sin entidades financieras y 248 municipios no contaban con oficinas bancarias. Entre ellos, 75 pertenecían a la provincia de Castelló.

Por otra parte, la red de transportes y comunicaciones también es inexistente en muchas zonas de Castelló. El trazado de la red principal de carreteras y en mayor medida de ferrocarril en la Comunitat discurre paralelamente a la línea de costa y en sentido norte-sur, quedando sin servicio los municipios de la provincia de Castelló y, en menor medida, los de Valencia. Asimismo, la mayor parte de carreteras del interior pertenecen a la red secundaria.

Por último, la brecha digital es uno de los motivos que provoca que estas zonas se queden sin habitantes, aunque es cierto que ha habido mejoras en el último año. Pascual Romero, miembro del CES-CV y coordinador del bloque de Sociedad, asegura que el “95% de la Comunitat Valenciana ha avanzado en conexión a Internet en velocidad superior a 30 megas”.

A pesar de este avance, el Comité incide en que la conectividad digital es un elemento básico para hacer posible nuevos modelos de prestación de servicios, facilitar las iniciativas empresariales y el teletrabajo y para llevar a cabo las nuevas actividades de formación, ocio y acceso a la cultura. “Es crucial que el medio rural cuenta con una conectividad de banda ancha de calidad y esta debería ser una prioridad política de primer orden”, sentencia el CES-CV.

Las oportunidades del medio rural

Tras el estudio realizado por el CES-CV durante 2019, se han establecido una serie de recomendaciones para solucionar los problemas que acarrea el fenómeno de la despoblación. “Debemos poner en valor el territorio”, sostiene del Río. Según la Generalitat Valenciana, los municipios que han sido caracterizados en riesgo de despoblación en el ‘Informe sobre el Medio Rural’ cuentan con más de 300 bienes de interés cultural. De ellos, 172 se encuentran en la provincia de Castelló, como el patrimonio histórico de la ciudad de Morella y varias zonas de L’Alt Maestrat.

Asimismo, la presidenta de la comisión de Medio Ambiente y Territorio destaca que el medio rural es una gran oportunidad para “desarrollar actividades ligadas a la mitigación del cambio climática y la economía en verde”.

Desde el Comité insisten en que se debe reforzar la cooperación público-privada para maximizar la movilización de los recursos territoriales y establecer una política fiscal diferenciada en los territorios en riesgo de despoblación. “Tenemos que hacer que el medio rural sea un espacio lleno de proyectos de vida y que garantice la igualdad de derechos de sus habitantes”, añaden.

Las localidades del interior de la provincia de Castelló son historia y cultura. Pero la realidad es que cada vez están más despobladas. Las calles están vacías y sin vida, donde el único ruido que se escucha es el de la soledad.