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martes, 19 de marzo de 2024 | Última actualización: 23:58

Los pisos sociales del Grupo San Lorenzo de Castellón acogerán a familias víctimas de los desahucios

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Ministerio y Generalitat aportarán 680.000 euros para rehabilitar las viviendas y su entorno

Los pisos de los bloques sociales del barrio de San Lorenzo, en Castellón, 161 en total, serán objeto de una inversión de 680.000 euros por parte del Ministerio de Fomento y la Conselleria de la Vivienda, con el fin de rehabilitar las viviendas para ofrecer alternativas a las familias desahuciadas por el impago de sus hipotecas. 30 años después de su construcción, San Lorenzo vuelve a convertirse en una alternativa social, aunque esta vez, afirmó la concejala de Vivienda, Ali Brancal, con mayor control y rigor para que no se reproduzcan los conflictos que se produjeron durante décadas.

Esperanza Molina/Castellón Información

La Conselleria de la Vivienda, y el Ministerio de Fomento firmaron ayer un acuerdo para la rehabilitación del parque de viviendas y renovación urbana en los municipios de  Castellón, Valencia, Alicante, Sagunt, Elche, Paterna o Almassora.

En el caso concreto de Castellón, el acuerdo supone una aportación económica de 681.200 € que permitirá rehabilitar hasta 161 viviendas del Grupo San Lorenzo. El Ministerio de Fomento aportará la cantidad de 238.420 €, un 35% del coste total de las actuaciones, mientras que la Generalitat aportará el 65% restante con una cantidad que asciende a 442.780 €.Proyecto Urban  1999 4

La inversión se distribuye en 555.000 € corresponden al coste total de las obras de rehabilitación, 100.000 € a las obras de reurbanización y 26.200 € a los honorarios del equipo técnico de gestión.

De esta manera, el grupo san Lorenzo, construido hace 30 años para dar soluciones a un problema social: el realojo de los vecinos de la zona conocida como ‘el matadero’ (delante del Hospital General) tras la aplicación de un Plan Especial  de Erradicación del Chabolismo, volverá a desempeñar un nuevo papel, aunque esta vez, indicaba la concejala de la Vivienda de Castellón, Ali Brancal, con mayor rigor y control.

El proyecto de rehabilitación de viviendas del Grupo San Lorenzo, confirmaba Ali Brancal a Castellón Información, se utilizará para dar respuesta a muchas de las familias que ahora lo están pasando muy mal, muchas de ellas, con motivo de los desahucios por el impago de sus hipotecas.

Para ello, y una vez realizada la rehabilitación del barrio, será necesario también firmar un protocolo de actuaciones, criterios para la adjudicación de las viviendas, para su conservación y mantenimiento, todo ello dentro de un programa donde los Servicios Sociales puedan actuar directamente para solventar también otros problemas de estas familias: la escolarización de los niños, la búsqueda de empleo para las familias, y el cumplimiento de las normas que se establezcan sobre ellas.

Con este nuevo paso, el Grupo San Lorenzo vuelve a vislumbrar un nuevo futuro, todo ello, después de casi tres décadas que no han estado exentas de conflictividad.

Plan para la erradicación del chabolismo

La construcción del Grupo formó parte de un proyecto global  para la erradicación del chabolismo en la capital de la Plana.

Eran pisos nuevos, sin lujos, pero con todas las prestaciones destinadas a proporcionar una vivienda digna a quienes carecían de ella, o habitaban en chabolas sin los servicios más imprescindibles. La mayor parte de sus primeros usuarios fueron familias que habitaban en chabolas ubicadas en el solar denominado ‘del Matadero’ que se extiende ahora frente al Hospital General, y donde el Ayuntamiento que convertir el escampado encharcado en un parking verde.

Lo que pareció entonces una medida excepcional para solucionar un problema de chabolismo, se convirtió pronto en un punto conflictivo de la ciudad, donde convivían familias de todas las etnias y de modos muy diferentes de ver la vida.

Los hubo que se adaptaron positivamente a las exigencias establecidas por el IVVSA y que fueron capaces de hacer frente a sus pagos de alquiler social y mantenimiento de los servicios comunes. Pero otros no respondieron a estas premisas. Los hubo que arrancaron tuberías para venderlas como chatarra; quienes hacían hogueras con las puertas y los marcos. Y eso solo fue una parte. Algunos inquilinos dejaron de pagar sus cuotas al IVVSA, sus recibos de luz y agua, pero también pero también, los recibos de comunidad y mantenimiento de servicios comunes. Dejaron de funcionar los ascensores, de haber luz en la escalera…

S lorenzo SMR 1III1988En 1988, representantes de la Asociación de Vecinos denunciaron a Castellón Diario, que vivían con miedo y bajo amenazas. Algunas viviendas habían sido revendidas ilegalmente por los adjudicatarios del IVVSA. Otras, ocupadas por asalto. Algunos vecinos denunciaron la situación y se quejaron de que la Administración no les hacía caso. Por lo que llegaron a escribir una carta al Rey, que se fue respondida por La Zarzuela  el 1 de marzo de 1988. “Cumpliendo las órdenes recibidas de Su Majestad el Rey, con esta fecha y número 3558 se ha dado traslado a su escrito al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, para que el Departamento u Organismo  correspondiente estudie la solución, de que en Justicia, proceda”.

El Ayuntamiento y la Conselleria iniciaron gestiones ese mismo año, tendentes a investigar qué es lo que estaba sucediendo en aquel barrio. Fruto de estas pesquisas, Castellón Diario publicó en noviembre de 1988 una relación e 15 viviendas vendidas u ocupadas ilegalmente “El precio por el que se traspasaron estas viviendas por sus moradores, que no eran propietarios legales de las mismas fue de “cantidades que oscilaban entre las cien y cuatrocientas mil pesetas, y en otros casos, intercambiadas por los objetos más variados, en su mayoría, vehículos de segunda mano”. Estos datos fueron contrastados en su momento con el Ayuntamiento de Castellón y el concejal de Servicios Sociales, que entonces estaba a cargo de Celemente Agost.CS Diario P3 19XI1990

Los vecinos llegaron a denunciar también: “En el barrio hay droga, hay robos, cotidianamente aparecen automóviles con matrículas desconocidas que se apresuran a desguazar y quedan irreconocibles”.

En noviembre de 1990, el IVVSA anunció que había detectado irregularidades en 21 viviendas de San Lorenzo. Se estableció entonces un proceso destinado a: reordenar y regularizar el Grupo: detectar las viviendas ilegalmente transferidas u ocupadas; rehabilitación de inmuebles y renegociación con los vecinos para establecer una situación de ‘normalidad’ y ‘convivencia’. Este proceso coincidió también con el desarrollo del ‘Proyecto Urban Castellón’

Proyecto Urban  1999 2En 1998 la Comisión Europea dio su aprobación al ambicioso ‘Proyecto Urban Castellón’, destinado a integrar la zona oeste de la ciudad, degradada por las barreras urbanísticas con una superficie de 298 has. Y una población de 15.007 personas. Los datos que afectaban a esta zona, en la que se integraba el Grupo San Lorenzo, “presentaba un estado de degradación medioambiental, escasas dotaciones urbanísticas y pocas vías de comunicación. Concentraba el 46 % de la tasa de desempleo total y el 50 % de los salarios sociales o de subsistencia de toda la ciudad, mientras su población sólo representaba un 10'90 % del total de la población de Castellón” (Universidad politécnica de Madrid. Habitat. Castellón, abriendo ejes, uniendo personas (España)

Financiación

Según el citado estudio, la inversión total ascendió a 233.146.552 de pesetas, aportada por als siguientes entidades: Unión Europea (FEDER y FSE): 116.470.200 pesetas. Ayuntamiento: 49.915.800 pesetas. Generalitat Valenciana: 65.760.552 pesetas. Caja de Ahorro de Cataluña en Castellón: 1.000.000 pesetas.

Proyecto Urban Gimeno 1999Entre las acciones desarrolladas con arreglo al Urban. Se estableció una oficina permanente en el barrio, donde se creó una guardería y se aplicaron diferentes programas de convivencia e integración.

Resultado en cifras

Los resultados del Urban, según el mismo informe, y en cifras fueron las siguientes:

“561 mujeres se han beneficiado de acciones formativas y educativas.

110 personas de etnia gitana han accedido a los procesos de formación a la carta.

431 personas han encontrado un puesto de trabajo, de las cuales el 51 % son mujeres y el 34 % son de etnia gitana.

31 empresas de nueva creación, a consecuencia directa de las acciones del proyecto.

Incremento de un 27% de las altas en nuevas actividades económicas.

Creación de una guardería infantil que presta el servicio por horas y gratuitamente para facilitar la incorporación de la mujer al trabajo.

Adquisición de un vehículo adaptado para el transporte de minusválidos y ampliación y mejora de rutas de líneas de transporte público.

Rehabilitación de 20 viviendas, elementos comunes y fachadas en el barrio San Lorenzo, uno de los más degradados y habitado por población más marginal.

12 viales han sido objeto de actuación urbanística.

Se han plantado 4.332 unidades de arbusto y arbolado.

Se han realizado 7.283 m/l de canalización y 47.677 m2 de pavimentación.

Se han instalado 580 unidades de mobiliario urbano y 266 de alumbrado.

Según los datos reflejados en el Barómetro de Imagen realizado en abril de 1999, la actitud de la mayoría de los habitantes de la zona hacia el proyecto es positiva”.

Dentro de los programas para la integración física del Urban, estaban también: dos proyectos de urbanización, con una inversión superior a los 1.000 millones de pesetas y que proyecta la construcción de 900 viviendas situado dentro de la zona y un segundo, situado en las proximidades con una inversión próxima a los dos mil millones y un proyecto de construcción de 3.000 viviendas

Pero ¿Qué ocurrió después del Urban?. Quince años después y tras la enorme crisis económica sufrida,  el Grupo San Lorenzo vuelve a acaparar las inversiones públicas y a convertirse en una alternativa social.

Esta vez la inversión ascenderá a 680.000 euros con el objetivo de rehabilitar las 161 viviendas originales.

Desde el Ayuntamiento de Castellón se vuelven a establecer parámetros similares a los que se aplicaron con el Urban. Se entiende que el contexto actual es completamente diferente al que se planteó con la construcción del Grupo, y que en estos momentos lo necesario no es tanto la integración de personas de varias etnias y culturas, como la solución a un problema de alojamiento planteado por los desahucios para familias que ya han convivido anteriormente en núcleos urbanos.