Las pandemias han azotado a la ciudad en diferentes momentos de su historia, las más graves fueron las pestes, el cólera, las fiebres y la gripe. En esas situaciones, la Magdalena se convertía en lugar de cuarentena, se cerraba la ciudad, se suspendían todas las actividades, y se realizaban procesiones y rogativas. La veneración al Santo Sepulcro o a la Virgen de Lledó, fue siempre fundamental para rogar por la salud o para celebrar el final de las enfermedades.