Castellón empieza a ser atractivo para las navieras. Un hecho que se ve marcado por la cercanía a dos puertos de referencia en el mundo como son Valencia y Barcelona, cuyos impuestos son más elevados que en la provincia. Para 2019 ya se han cerrado seis cruceros, pero podrían ser más. El cáracter consumidor del crucerista es lo que se busca en un turista para descentralizar y desestacionalizar el turismo de Castellón.