Cada vez que veo en la televisión, leo o escucho en otros medios de difusión, noticias relativas a esta insignificante península ubicada en el Golfo Arábigo y cuyos límites más inmediatos son Arabia Saudita y la isla de Bahrein, me viene a la memoria mi primera visita allí en el año 1970.
Curiosamente y por pura casualidad, había venido el año anterior a la Feria de la Iluminación y Decoración una firma de cuyo razón comercial ni siquiera me acuerdo y nos había dejado su tarjeta de visita, en nuestro Stand de Peris Andreu S.A y movido por mi carácter de pionero de la exportación a países exóticos, les prometí devolverles la visita al hacer su primer pedido de apenas unos miles de pesetas de la época.
Cumplí mi palabra y aprovechando un viaje a Kuwait para aclarar un contencioso con un excelente cliente, me acerqué a Doha, que por aquel entonces era apenas una aldea española de la época, situada cerca de la playa en un desierto interminable.
Si me hubieran jurado a mí, que en medio siglo se iba a convertir en el “Ombligo del Mundo “, hubiera calificado de demente a quien lo dijera.
Era de lejos el Estado menos desarrollado de todo el Oriente Medio y sin duda muy por detrás de Kuwait, Arabia Saudita, Bahrein e incluso Omán.
Pero ya en aquella época, me di cuenta de que los qatarís sentían muchísima más simpatía por Francia que por Gran Bretaña y aunque la presencia de las dos potencias no era excesiva, en los pocos hoteles que existían allí, la presencia francesa se imponía.
A partir de entonces seguí visitando la zona semestralmente ya que empezaba a tener clientes muy fieles y con los que establecí relaciones de amistad que aún hoy perduran con los hijos de algunos de ellos, porque sus padres eran todos mayores que yo.
Por eso puede vivir paso a paso, la evolución de cada uno de los Reinos, Emiratos o Sultanatos del Golfo Arábigo hoy (entonces le llamábamos el Golfo Pérsico).
Sin duda el último en despertar, fue Qatar.
En mi primera visita, aun no era un Estado Independiente ya que la consiguió un 3 de Septiembre de 1971 y desde entonces la familia Al Thani ha ido desarrollando todos los recursos naturales de los que dispone, fundamentalmente petróleo y gas, convirtiendo un desierto en un vergel increíble dotado de todas las comodidades para vivir, menos de un clima adecuado.
Por eso sus ciudadanos más acomodados, han acabado por establecerse fundamentalmente en Paris, desde donde controlan a la élite del futbol Europeo a través del Paris Saint Germain a través de Al Khelaifi , uno de los muchos afortunados representantes del Emir y de sus intereses familiares.
Para darse cuenta del poder que ha conseguido la Familia Real Qatarí en el mundo futbolístico, basta ver como el Campeonato Mundial de Futbol 2022, se va a vivir en Doha y sus alrededores, desde mediados de Diciembre a primeros de Enero próximos.
Una vez más, se demuestra en todos los órdenes de la vida, que 'poderoso caballero es Don dinero'.
En esta caso, no quiero que lo consideren una crítica, sino una señal de admiración hacia un pequeño país del mundo, que quizás sea el único capaz de librarnos en estos momentos del yugo comunista de Putin, facilitándonos sus ingentes reservas de gas, para no tener que depender de los caprichos y tendencias expansionistas del líder ruso, que sueña con recomponer de nuevo la vieja URSS, contra la voluntad de todos los países que vivieron sometidos a su yugo, salvo Bielorusia que ejerce de insuficiente salvavidas del ex Jefe de la KGB.
Hasta la semana que viene amigos.
