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Se recuerda siempre pintando. Y esa pasión tan temprana se convirtió con el tiempo en su profesión. El arte del disco ‘De l’amour a l’abîme’, del músico Néstor Mir, fue su primera obra ‘profesional’. Desde entonces ha llovido mucho, y hoy el nombre de Paula Bonet (Vila-real, 1980), figura como el de una de las ilustradoras de más proyección nacional e internacional: su obra ha sido expuesta en Barcelona, Madrid, Valencia, Oporto, París, Londres, Bélgica, Urbino, Berlín... En marzo publica el libro ilustrado ‘813’, inspirado en su admiración hacia el realizador francés François Truffaut. Pero no es lo único que se lleva entre manos. Ha diseñado el cartel del XVII Festival Internacional de Curtmetratges de Vila-real ‘Cineculpable’, que salpica estos días las calles y espacios culturales de su ciudad natal. El nuevo trabajo de Christina Rosenvinge y el próximo cartel de María Coma figuran entre sus proyectos más inmediatos. Suma y sigue. La mente de una ilustradora –reconoce, tajante- “no descansa nunca”.
Tus manos, tus ideas llevadas al papel, tu obra, tu sello personal, están detrás de la imagen con la que se recordará la decimoséptima edición del Festival Internacional de Curtmetratges de Vila-real, ‘Cineculpable 2014’, que acaba de arrancar. ¿Qué te dio más vértigo: diseñar el cartel de un certamen con un bagaje obvio o que el ‘encargo’ fuera para un evento que se celebra en tu ciudad?
Me produjo más ilusión que vértigo. Que se te encargue la imagen de un certamen que se celebra en tu ciudad es algo que siempre alegra, es una manera de volver a un lugar que me gustaría visitar con más frecuencia.
Con el cartel para ‘Cineculpable’ te reencuentras de nuevo con el cine. ¿Cuál es la relación de tu obra con el séptimo arte? ¿Qué papel juega en tus ilustraciones?
Mis influencias suelen proceder de ámbitos artísticos distintos al mío. La literatura y el cine son dos de las más habituales.
Las referencias a películas de Wes Anderson o François Truffaut son una constante... Tanto que sobre el cineasta francés gira el libro ilustrado ‘813’, que publicarás el próximo mes de marzo. ¿Qué te inspiran?
Wes Anderson bebe directamente del trabajo de François Truffaut, y mi admiración por el segundo es innegable, así que supongo que, de algún modo, se traslada también al director americano. La mirada pictórica de Wes Anderson me parece exquisita.
‘813’ surge de la admiración hacia el realizador francés, hacia su manera de ver y reflejar el mundo y todo aquello que lo angustiaba o sobrecogía y que supo transformar en arte, es un homenaje ilustrado a su figura y a un breve fragmento de su filmografía.
Te has basado en la película ‘Buffalo’66’ para el cartel de ‘Cineculpable 2014’... ¿Por qué este film? ¿Qué has querido transmitir en él?
Pienso que ‘Buffalo 66’ es ya un clásico. Cuando se me contactó para realizar el cartel de ‘Cineculpable’ lo imaginé ilustrado con una de las míticas parejas culpables de la historia del cine: Bonny&Clyde, Tyler Durden y Marla Singer, Vincent Vega y Mia Wallace, etc. Al final se impusieron Billy Brown y Layla. El cartel es un homenaje a ellos dos.
Hace justo un año tu nombre, y tu obra, saltaron a la primera línea mediática por un ‘saqueo masivo’, el que tuvo lugar en Valencia fruto del furor que desataron los pósters que diseñaste para el festival La Cabina... Doce meses después, ¿todavía hay quien te identifica con aquello?
La historia del cartel con la liebre se sacó de contexto, es un tema que en su momento me disgustó e incomodó bastante. Meses después de que sucediera todo aquello sí que era algo frecuente en las entrevistas, el tema me sorprendió, incluso en una exposición que hice en diciembre en la Embajada Española en Berlín. Ahora ha pasado más de un año, ya no es algo que aparezca con mucha frecuencia. ¡Veo que a vosotros no se os ha olvidado!
Te has definido en alguna ocasión como una ‘dibujante compulsiva’... ¿Siempre lo has sido o esa ‘impulsividad’ se ha ido acrecentado a medida que avanzaba tu proceso de cambio artístico, tu metamorfosis de pintora a ilustradora?
Siempre he tenido una especie de incontinencia creativa que espero que no me abandone.
¿Qué te hace decantarte hacia la ilustración en lugar de hacia la pintura?
La inmediatez.
Al margen de la evidente influencia cinematográfica en tu obra, también las hay literarias o poéticas... De hecho, tus trabajos se refuerzan con textos...
¿Actúan como guía para explicar la imagen o, por el contrario, forman parte de la obra e, incluso, la inspiran?
Los textos que suelen acompañar a mis ilustraciones suelen estar descontextualizados. No intento explicar con palabras lo que he querido explicar dibujando, no es esta la función que les atribuyo.
Cambiamos de ‘palo’. Del cine y la poesía a la música. Has diseñado los carteles de grupos tan punteros como Black Keys o Vetusta Morla... ¿Qué supone para ti?
Poder ilustrar un cartel para Black Keys o para Vetusta Morla fue un honor para mí, admiro mucho los proyectos de las dos bandas. Cuando se me contactó, más que un encargo me pareció que me estaban haciendo un regalo.
¿Qué hay de autobiográfico en tus ilustraciones?, a juzgar por esa similitud entre las ‘chicas de mejillas sonrosadas’ que dibujas sobre el papel y tu propia imagen...
En la obra que abarca los años 2010 y 2011 el cariz autobiográfico era evidente. Mis dibujos formaban parte de un proyecto privado e íntimo que nunca pensé que vería la luz. Desde que me dedico a la ilustración de forma profesional, la autobiografía y, sobre todo, las mejillas sonrosadas, han quedado en un último plano.
¿Cómo y dónde ves a la Paula Bonet artista dentro de una década?
Espero poder seguir dedicándome a lo que más me gusta. El mundo editorial, por ejemplo, sería un muy buen lugar en el que poder estar.
Y para concluir, retomando el tema inicial de esta entrevista: el festival de cortos ‘Cineculpable’. ¿Algún cortometraje, a tu juicio, más que recomendable de los que se proyectarán en esta edición?
‘It girl’, de Oriol Puig. Lo adoro, me parece impecable. Además, una vez lo veáis, igual cobra más sentido la imagen del cartel.
