José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Frase célebre y repetida hasta la saciedad desde que fuera acuñada en la década de los setenta por el nunca suficientemente valorado Adolfo Suárez.
En los inicios esta precampaña electoral total están empezando a vocear los partidos políticos, él y yo más.
Llama la atención la antelación desmesurada con la que están sacando de la chistera demasiado animalito, no todos conejitos, deberían ir con cuidado pues alguno de ellos les puede morder.
La economía, estrella en esta campaña reluce cada noche alimentada por los mensajes cual globo sonda que empiezan a pergeñar sus líderes, a ver qué pasa..., todo por un puñado de votos.
Comentaremos algunos de ellos, los que resulten más significativos, particularmente en materia económica y fiscal; confío resulte divertido y esclarecedor, pues algunos atentan contra la inteligencia de todos nosotros votantes.
Ciudadanos ha lanzado estos días propuestas fantasiosas que encierran una subida de impuestos tremenda, ahondando con ellas aún más la fractura social.
Si comenzamos con el IVA la eliminación del tipo reducido que se aplica a productos de primera necesidad: alimentos básicos, medicamentos, los libros..., es obvio que perjudica enormemente a las familias con menor poder adquisitivo, quienes van a pagar más por el pan, la leche, o los libros del colegio de sus hijos; favorece la bajada del 21% al 18% a quien adquiere artículos de lujo o coches de importación, con un ahorro del 3%.
Siguiendo con los coches pretenden sustituir el impuesto de matriculación y circulación por otro ecológico en función de la capacidad contamina.
Inicialmente perfecto, pero resulta obvio que quienes tienen mayor poder adquisitivo son los que pueden cambiar de vehículo con más frecuencia y en consecuencia beneficiarse de este impuesto; aquellos con menores ingresos y turismos con más años serán quienes paguen impuestos más altos.
La reducción de la escala del IRPF de cinco tramos a tres queda muy bien, pero vuelve a ser un engaño y oculta una subida de impuestos.
Para que nos entendamos todos, una cosa es el tipo nominal y otro el efectivo, es decir el que realmente uno abona a Hacienda después de deducirse las bonificaciones a las que tenga derecho, como son la reducción por el trabajo, el número de hijos, las aportaciones a planes de pensiones, etc. Vamos a pagar más impuestos que en la actualidad con toda seguridad y lo vamos a hacer todos, incidiendo más en aquellos con ingresos más bajos, pues la reducción por trabajo favorece a las rentas más bajas, y las deducciones que desaparecen también.
De igual modo las empresas que pagan una media del 17-18% Sociedades, pasarán al 20%.
La compensación de 2.500 euros a quienes no superan los 9.500 euros de ingresos me huele a denostado PER que ha generado un clientelismo y corruptelas que mejor no recordar.
A mí las cuentas no me cuadran y lo he intentado de veras, por ello de momento, salvo cambios posteriores no puedo menos que dar un suspenso a estas medidas estrella del señor Rivera. La semana que viene Podemos.