Cristina Fernández. Portavoz de Cs en la Diputación de Castellón y concejal de Benicàssim
En agosto de 2021 la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, con un nombre tan farragoso como su funcionamiento, puso en marcha una iniciativa para la limpieza de los montes de arbustos en el Paraje Natural del Desert de les Palmes. La idea llamó desde el principio la atención de propios y extraños, la poda selectiva consistiría en la liberación de 50 asnos domésticos. El resultado es de sobras conocido: 10 burros muertos y varios en un estado de salud sencillamente lamentable.
Esta misma semana hemos conocido que la Fiscalía de Castellón, mucho más dinámica y con menos pompa gramatical, ha procedido a la incoación de diligencias de investigación penal por un posible delito de maltrato o abandono de animales domésticos. La justicia hablará y dará o quitará razones pero, la pregunta que todos los amantes de los animales nos hacemos, es mucho más fácil de responder: ¿Cómo ha podido suceder algo así y en manos de quién estamos?
Me gustaría huir de la crítica fácil, poco razonada o sectaria, pero alguien debería salir a dar explicaciones más allá de la dimisión del director general de Medio Natural de la Generalitat Valenciana, Benjamín Pérez. ¿Se imaginan el sufrimiento de esos animales, vagando perdidos día y noche por las sendas y caminos del Desert? La fotografía del que fue encontrado en Cabanes por dos agricultores, esquelético y desorientado, merece mucho más que la dimisión de algunos burros de dos patas.
No quiero ni pensar lo que hubiese sucedido con esa Conselleria en manos de otras formaciones, con menos simpatías entre algunos grupos de animalistas y protectoras de animales. Manifestaciones, carteles de los burros ensangrentados en cada calle y la habitual campaña de propaganda sectaria. Es el animalismo de salón, que pone el grito en el cielo contra la caza, menos para el control selectivo de jabalíes, y se queda mudo con los burros. Porque para algunos va antes va la ideología que los propios animales.
Como ciudadana y amante de los animales espero una respuesta con luz y taquígrafos. ¿Quién autorizó ese método de limpieza del Desert? ¿Se hizo de espaldas a la Conselleria o el director del paraje está actuando como cortafuegos a instancias superiores? ¿Qué estudios avalaban una limpieza forestal que es, como mínimo, sorprendente?
Preguntas sin respuesta que merecemos conocer. Hasta entonces, solamente nos queda constatar que los errores de los humanos los pagan muy caros los animales. Nada nuevo bajo el sol que, afortunadamente, aún sigue saliendo por el Desert.
