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miércoles, 1 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:34

Escala a Castelló: ‘La Ruta Infinita’, la novela histórica de una hazaña que ‘dio la vuelta al mundo’ por mar

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Pepe Calvo y Nacho Ares cuentan en Escala al Mediterráneo lo que fue la navegación en la historia de las culturas

Pepe Calvo y Nacho Ares han sido los ponentes del ciclo de novela histórica en la segunda jornada de Escala al Mediterráneo, dentro de las actividades de la IV edición de Escala a Castelló. Ares ha hablado de las relaciones internacionales en el Mediterráneo, a través de los relatos del antiguo Egipto. Pepe Calvo ha contado el argumento de su ‘Ruta Infinita’, una historia real, novelada, de una historia que ‘dio la vuelta al mundo’ por mar.

Esperanza Molina / Castellón Información

 

La segunda jornada de conferencias de novela histórica de Escala al Mediterráneo, dentro del escenario de Escala a Castelló ha sido tan apasionante como la primera, con la intervención de Pepe Calvo y Nacho Ares.

La ‘Ruta Infinita’, Juan Sebastián Elcano y la primera vuelta al mundo

 width=Una de las novelas más apasionantes del historiador José Calvo Poyato, es, sin duda alguna su ‘Ruta Infinita’, que relata la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano.

Decía Pepe Calvo, que la novela histórica es aquella que, fiel a los hechos, los respeta y los novela, hasta construir una narración que llega hasta el lector sin alternar ninguno de los momentos de la historia. De esta forma, se respetan los personajes, los nombres y los lugares, lo que aconteció y lo que ocurrió. Y solo introduce personajes de ficción que pudieron llegar a ser reales en su momento, para darle cuerpo.

Quizá habría que señalar también, que Pepe Calvo, además de historiador tiene una capacidad sin límites para recrear esa historia y sus personajes, hasta darle una estructura sólida. Como cualquier relato de ficción, que en este caso no es, construye su argumento, sitúa a los personajes, los hace pensar, hablar en voz alta, para generar esa trama, que fue, que se desarrolla, y que culmina en un desenlace.

 width=Y esa facilidad suya hace que la historia sea mucho más apasionante, se lea con facilidad, y se imagine con exactitud. Una verdadera obra de arte.

Y así es como Pepe Poyatos escribió su 'Ruta Infinita' y, además, la ha relatado en la conferencia, en la que, sabiamente, ha dejado en el aire algunos de los conflictos, de las razones, y de los sucesos, que también recoge en el libro para que los lectores puedan disfrutar sin ‘spoilers’, vaya, sin que se les vayan las ganas de leer y de disfrutar de la novela.

A través del historiador, los asistentes han podido seguir de cerca lo que fue esa primera vuelta al mundo por mar, que debe atribuirse por entero a Juan Sebastián Elcano, sin Magallanes, que ya había cumplido su papel y su propósito, cuando consiguió encontrar el paso al oeste, para atravesar el continente americano, en aquel viaje español en busca de las especias.

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Retrato de Fernando de Magallanes

Y a través del novelista, el público ha podido desentrañar algunos de los elementos que condicionaron una expedición en la que no faltaron los desengaños, las traiciones, los motines e incluso ‘el asesinato’.

La expedición del Quinto Centenario surgió con un personaje estrella, Fernando de Magallanes, caído en desgracia en la corte portuguesa; buen soldado y mejor marino, que buscó en la corte de Carlos I el apoyo para sacar adelante un proyecto que igualaría a España con Portugal en la búsqueda de una ruta directa hasta las valiosas especias, que se encontraban en el otro lado del planeta.

Calvo ha recordado al lector, la importancia de aquella ruta hacia las islas de ‘las especias’, el Maluco, en Asia, a las que los portugueses llegaron primero bordeando el continente africano.

Los españoles lo habían intentado en el primer viaje de Colón, cuando propuso una ruta directa que cruzaba el Atlántico para llegar al mismo destino. Solo que, en este caso, se encontraron un continente de por medio donde había muchas cosas pero ninguna especia.

Fue un 25 de septiembre de 1513, cuando Vasco Núñez de Balboa, guiado por unos indios, descubrió que había ‘otro mar’ en la costa oeste del continente americano: El Mar del Sur.

 width=Ahora cabe hacerse un planteamiento simple, el que realizó Magallanes en Portugal y al que no se le prestó atención. Si Colón había tomado la ruta directa de cruzar el Atlántico en busca del Maluco y se había ‘topado’ con un continente en medio… ¿No cabría pensar que, atravesado ese continente se podría continuar la ruta de Colón para llegar a las especias?

Si esto fuera así, y dado que se desconocía la circunferencia real de la tierra, que se pensaba que era mucho más pequeña de lo que es en realidad, bastaría con encontrar ‘un paso’ marítimo que atravesar ese continente, de este a oeste, para cruzar lo que se suponía que era un pequeño canal, el Mar del Sur, para llegar hasta las especias.

Dos personajes, Fernando de Magallanes, marino, y Rui Faleiro, otro personaje defenestrado en la corte portuguesa, pero muy hábil como cosmógrafo y astrónomo, encontraron en la corte española la atención que no les había prestado la portuguesa.

Ese fue el principio de esta película.

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Mundo Magallanes y Elcano
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Fotografía de archivo: Marcos Fco Pavo reparto de mar Vuelta al Mundo

El primero, hosco y taciturno consiguió los apoyos para fletar una expedición de 5 barcos (4 naos y una carabela… o 3 Naos y 2 carabelas), con la que explorar, encontrar el paso del oeste, cruzar el Mar del Sur y llegar hasta la isla de las especias para comerciar con un producto que valía más que el oro.

El mundo estaba dividido en dos. Se lo habían repartido portugueses y españoles. Para lograr el objetivo planteado la Corona solo puso una condición: que la navegación no invadiera en ningún momento la zona de dominio portugués.

Y en esta aventura, hubo de todo. ¿Cómo conseguir tripulación para un viaje que tenía una duración prevista de, al menos dos años? (si pensaban que la tierra era más pequeña, las distancias a atravesar, también lo serían). Ningún hombre, en su sano juicio, embarcaría con gusto en una aventura semejante… a no ser, que no tuviera otras opciones.

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Juan Sebastián Elcano

Ese fue el caso de Juan Sebastián Elcano, navegante y armador vasco, que había arrendado su barco a la Corona para las guerras con Italia. Para poder pagar a la tripulación, Elcano hubo de hipotecar su único bien, el barco, a unos banqueros saboyanos. Convencido de que podría rescatar la nave con los dineros que le abonaría la Corona, Elcano se encontró con que la Corona no pago, los banqueros se quedaron con el buque, y él incumplía una de las leyes españolas que prohibía vender o alquilar un barco español fuera del territorio y menos a una potencia extranjera.

La única salida del navegante vasco, llevado a juicio y condenado, fue la de huir en aquella expedición.

Sacar adelante una expedición como aquella, exigía muchos preparativos previos, entre ellos, abastecer la flota con víveres suficientes para tan larga travesía. Tampoco era tarea fácil. Se podían llevar alimentos frescos para unas cuantas semanas, pero no más. Por lo tanto, se incluyó ‘galleta’, bizcocho de dos y tres cocciones que aguantaban mejor el tiempo en la bodega, queso, salazones…

El agua tampoco duraba mucho se pudría pronto, por lo que se introdujo vino, anís y aguardiente.

La flota partió de Sevilla en el mes de agosto de 1519, por el Guadalquivir hasta el puerto marítimo de Sanlúcar. Pero allí, contra todo ¡pronóstico, permaneció amarrada más de 40 días ¿Qué razones llevaron a Magallanes a retrasar la salida a mar abierto, lo que además suponía, consumir la mayor parte de los alimentos frescos antes de iniciar la expedición?.

 width=Por otra parte, Magallanes podía ser el capitán general de la flota, pero la Corona no quería ‘perder el control’, máximo si esa expedición tan importante estaba gobernada por un portugués, nación enemiga y contraria a los intereses españoles. Por esta razón incluyó en la tripulación a un alto hidalgo español, Juan de Cartagena, como supervisor de la armada.

Pronto, los dos ‘directivos’ de esta empresa, el marino portugués, y el supervisor español, comenzaron sus enfrentamientos que arrastraron al resto de las tripulaciones en dos bandos irreconciliables.

Por otra parte, encontrar el paso oeste tampoco resultó fácil, la flota bajaba por la costa americana, se sucedían las tormentas, se racionaban los víveres, aumentaba el descontento.

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Mapa de Jocodius Hondius 1606

Y así estalló el motín en el que parte de la flota, bajo el mando de Juan de Cartagena plantó cara a Magallanes. Aunque todo apuntaba a que Magallanes perdería su gobierno, la estrategia del portugués le dio la vuelta a las apuestas. Magallanes no solo ganaría aquel duelo, sino que, además, condenó a muerte a gran parte de los traidores. Abandonó a Cartagena junto con un clérigo en tierra firme. Ejecutó a los cabecillas más señalados el motín y perdonó al resto de los hombres. No podía hacer otra cosa. Sin hombres no se gobiernan las naves.

Magallanes encontró el paso, para entonces solo quedaban tres naves. Una había embarrancado. La otra, la San Antonio, desertó, volvió a España  y se llevó consigo la mayor parte de la comida.

Llegar a la costa oeste fue complicado, pero mucho más lo fue atravesar el ‘canal’ del Mar del Sur, bautizado como El Pacífico, que demostró ser la superficie de agua más enorme que jamás se había encontrado.

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Muerte Magallanes grabado XIX

Falta de víveres, la expedición fue tan penosa, que los marineros llegaron a pagar medio doblón por rata encontrada y acabaron comiéndose el cuero que forraba los mástiles.

En el Pacífico, la expedición encontró muchas islas, unas más amigas que otras. En una de ellas, la de Mactán, en Filipinas, Magallanes intentó mediar en una guerra de caciques. No salieron las cosas como pensaba y los indígenas se unieron contra los españoles. En el enfrentamiento fallecía el capitán, Fernando de Magallanes.

Después, en Cebú, se organizó una cena en honor a los capitanes españoles, que demostró ser una trampa mortal de la que no salieron con vida.

Diezmada la tripulación, sin manos suficientes para mantener los tres barcos, se decidió quemar la Concepción. Las dos restantes, la Trinidad y la Victoria conseguirían llegar hasta las Molucas, concretamente hasta Tidore, donde arribaron el 7 de noviembre de 1521.

Las naves llevaban por capitanes a Gonzalo Gómez de Espinosa, a frente de la Trinidad, y a Elcano, que gobernaba la Victoria. Allí cargaron clavo y dispusieron el tornaviaje hasta la península.

Gonzalo Gómez decidió regresar por el mismo camino que les había llevado hasta las Molucas. Elcano optó por continuar la ruta, hasta circunnavegar el planeta para llegar a España.

 width=La Trinidad reventó con tanta carga y hubo de regresar a Tindore para reparar. Después reinició el viaje por la ruta convenida, el Pacífico, pero los temporales no le dejaron avanzar y, finalmente, él y su tripulación fueron apresados por los portugueses que quemaron la nave y los sometieron a una vida de esclavitud.

La Victoria tardó diez meses en tocar aguas españolas. Tampoco ellos lo tuvieron fácil, bordear el Cabo de Buena Esperanza de este a oeste, resultó casi imposible sin acercarse a costa. Se introdujeron por los dominios portugueses y lograron arribar hasta Cabo Verde, de titularidad lusa. Allí consiguieron algo de comida, con la historia de que eran una nave española que volvía de América. Pero cuando, a falta de dinero intentaron pagar con clavo, los portugueses se percataron del engaño y tuvieron que salir por piernas.

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vuelta al mundo billete 500 pesetas Foto de Archivo (J Ors)

Tampoco pudieron recalar en las Canarias, porque la ruta estaba vigilada, lo que los obligó a navegar mar adentro para bordear el archipiélago y subir luego de latitud  para poder mantener la navegación y a bordadas, acercarse para llegar a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522.

La nave estaba destrozada, Pero con la rica mercancía del clavo en sus bodegas y los 18 hombres que permanecían a bordo estaban hambrientos, haraposos y enfermos. No tenían ni medios ni fuerzas para remontar el Guadalquivir hasta Sevilla, donde llegaron remolcados dos días después.

Al rey Carlos I, una vez escuchada la historia le importó muy poco que hubieran tocado los dominios portugueses. Lo verdaderamente importante, es que habían realizado la primera circunnavegación del planeta.