David Vicente Segarra. Diputado provincial y alcalde de La Torre d’en Besora.
Estamos ya a más de la mitad de 2021 y la tecnología digital llegando a los municipios de interior gobernados por el PSOE… Pero esos mismos pueblos están, ahora mismo, más vacíos y abandonados que nunca. ¿De qué nos sirve que llegue la fibra óptica a los municipios, si no hay personas que la vayan a utilizar? Este es un verdadero problema que se nos plantea a los alcaldes y alcaldesas de los municipios con menos población de nuestra provincia.
A los ayuntamientos más pequeños nos toca estar siempre pendientes de atender a nuestros vecinos a todos los niveles, desde los servicios básicos que toda corporación municipal debe prestar, hasta cualquier trámite o necesidad cotidiana que puedan necesitar… Los últimos meses, con la pandemia, ha quedado demostrado: algunos pueblos tuvieron que cerrar la única tienda o panadería que había, siendo los propios consistorios, con el poco personal de que disponemos, los que tuvimos que hacer llegar a nuestros vecinos alimentos y artículos de primera necesidad.
¡Me río yo de las competencias impropias! Desde las administraciones públicas, tanto a nivel provincial como a nivel autonómico, no se supo hacer frente a la crisis que se nos avecinaba, lo que es una muestra más de que en los momentos difíciles, a los municipios más débiles, esos que tenemos menos recursos menos se nos ayuda.
El Gobierno tripartito de la Generalitat, ese que preside el socialista Ximo Puig, en lugar de sacar subvenciones -que por cierto luego tardan en pagar lo que nos está escrito- debería crear las condiciones necesarias para que esos servicios se presten y se presten de calidad.
Los municipios pequeños, no disponemos a priori de muchos de esos servicios que se se consideran esenciales en una gran ciudad. Tampoco tenemos personal para realizarlos y, al final, siempre es el ayuntamiento el que, sacando de donde no hay, tiene que poner los medios para llevarlos a cabo. Prácticamente sin ayuda.
Al final de qué les sirve a estos ayuntamientos tan pequeños que las administraciones saquen planes de empleo temporales si no tenemos gente para cubrir los puestos y, en el caso de que la hubiera, de esta manera se crea una discriminación frente a la empresa privada.
Los pueblos necesitamos que se creen las condiciones necesarias para que lleguen inversiones que generen puestos de trabajo estables para atraer a personas que puedan vivir en ellos y que se integren como unos vecinos más. Esa sería la única forma más de combatir a nuestro peor enemigo, la despoblación.
