Noticias Castellón
martes, 30 de abril de 2024 | Última actualización: 19:25

¡Viva Europa!

Tiempo de Lectura: 3 minutos, 30 segundos

Noticias Relacionadas

Pedro Tejedo. Abogado.

“Europa tiene que liberarse para siempre de sus demonios nacionales. Europa tiene que despojarse para siempre del ombliguismo de sus Estados nación. Realmente, en Europa es necesario un cambio radical, una auténtica revolución. Hay que construir una Unión Federal Europea. Una Unión Federal que le permita ocupar cuanto antes su lugar en el mundo posnacional que se anuncia. Quienes no se dan cuenta de ello son los jefes de Estado y de Gobierno cobardes, egoístas y miopes…”

Estas líneas están entresacadas del libro¡Por Europa! Un manifiesto’, editorial Biblioteca Nueva, escrito al alimón por Daniel Cohn-Bendit, el célebre Dany el rojo del mayo del 68 francés, y Guy Verhofstadt, Primer ministro de Bélgica entre 1999 y 2008. Es importante destacar, en relación a los autores, que su defensa de una visión común respecto de un próximo Estado europeo es compatible con el hecho de que se trate de dos políticos europeos de distinta nacionalidad, alemán y belga, respectivamente, y pertenecientes a dos ideologías distintas, co-presidente del grupo Verde/Alianza libre europea, el primero, y Presidente del grupo liberal en el Parlamento europeo, el segundo.

En el libro se señala a los enemigos de Europa, los euroescépticos, entre los que distinguen a conservadores, populistas y nacionalistas. Respecto de estos últimos la crítica es feroz, es decir, acertada. Critican a los nacionalistas defensores de los Estados nación y, lógicamente, critican aún más a los nacionalistas regionales que quieren separarse de su actual Estado. Al libro le viene como anillo al dedo la frase del Presidente de la República Francesa, Françoise Miterrand: el nacionalismo es la guerra, Europa es la paz. Especialmente interesante resulta la reflexión acerca de la identidad nacional a la que definen como la nueva chaqueta del viejo nacionalismo.

Es imposible condensar en un artículo todos los argumentos de los autores a favor de una Europa Federal, pero me gustaría resaltar uno por su carácter objetivo y racional. Vivimos en un mundo globalizado que ya no dejará de serlo. Pero esa inevitabilidad de la globalización, con los aspectos buenos y malos que necesariamente conlleva, debe abordarse también con nuevos actores. Ya no serán los Estados nación que los europeos construimos en el siglo XVIII; éstos han quedado relegados en la historia y su reivindicación en el siglo XXI no supone sino un ejercicio de melancolía.

Dentro de dos décadas ningún país europeo individualmente, ni siquiera Alemania, estará en condiciones de pertenecer al G-8. Por lo tanto, para poder beneficiarse de lo bueno de la globalización y poder combatir sus defectos, los Estados nación han dejado de tener sentido. Hoy los actores que influyen en el mundo son Estados que en realidad representan subcontinentes: China, Brasil, Estados Unidos, India… Por ello, ha de ser un próximo Estado europeo el que se convierta en actor internacional en este mundo globalizado, y así poder enfrentar a la globalización económica, comercial y financiera, una globalización política, en la que Europa defienda sus valores y principios.

Es ingenuo, incluso grotesco, pensar que a los españoles, alemanes, franceses o italianos, nos van a dar seguridad frente a los riesgos de la globalización, España, Alemania, Francia o Italia; será a todos nosotros juntos, es decir, a los europeos, a quienes un Estado europeo nos va a defender y garantizar nuestros derechos.

La conclusión de los autores  es que no hay que pensar qué Europa es la que deseamos cada uno sino qué Europa es la que necesitamos; a lo que hay que añadir que la política consiste, entre otras cosas, en una actividad que debe perseguir hacer posible lo que es necesario.

Por ello, frente al riesgo de que los populismos y los nacionalismos acaben con el proyecto europeo, hay que atreverse a gritar ¡viva Europa! y a luchar por la implantación de ese Estado europeo. Las próximas elecciones europeas de mayo son un buen momento para demostrar que queremos la Europa que necesitamos.