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jueves, 2 de mayo de 2024 | Última actualización: 14:42

La noche de los muertos vivientes

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Luis Andrés Cisneros. Coordinado Medios de Comunicación Vox Castellón.

En 1968, se estrenó la película ‘La noche de los muertos vivientes’ del director norteamericano George A. Romero, que se convirtió en un film de culto, sobre todo, por ser la primera película que trató el tema de los resucitados c, como se les llamó desde entonces, ‘los zombis’.

La acción se desarrollaba en Pennsylvania donde las radiaciones provocadas por un satélite hacen que los muertos salgan de sus tumbas, para atacar a los humanos con el objetivo de alimentarse de ellos, lo que hace, prácticamente imposible, que los habitantes de la ciudad puedan caminar tranquilamente por sus calles.

La misma dificultad que tenían los sorprendidos habitantes de esa ciudad, es la que tienen, hoy en día, los peatones y transeúntes de nuestra ciudad y de varias otras en España. Entre las terrazas de los bares y cafeterías, las fruterías y los innumerables establecimientos que ocupan las aceras con caballetes, carteles, etc. hace una temeridad, casi imposible, el pasear por las calles.

Y no digo nada para los invidentes o bien aquellos que tengan movilidad reducida. Pasear por las calles es todo un recorrido de obstáculos digno de película de terror, es decir, cómo si los ‘zombis’ te impidieran pasar. Quiero imaginar, o a la mejor no, que existe una reglamentación sobre el uso de los espacios públicos y que es imprescindible que haya un mínimo de distancia que tenga que estar libre de obstáculos.

Empecemos por los bares y cafeterías. Qué pocos son los que respetan el espacio asignado. Los hay que colocan las terrazas y, delante de la puerta del bar, añaden toneles, mesas estrechas, taburetes etc. para que, al final, el espacio dedicado al peatón sea casi inexistente. Además, lo adornan con caballetes, carteles donde anotan sus consumiciones u ofertas, etc.

Otro aspecto a tener en cuenta es la suciedad que los clientes dejan sobre la acera y, sobre todo, las innumerables colillas de cigarrillos. Pero parece ser que tienen patente de corso ya que, muy rara vez, desde el Consistorio Municipal se revisan estos aspectos tan desagradables y peligroso para el colectivo de personas con cualquier tipo de minusvalía.

Y lo mismo ocurre con las fruterías que ocupan infinidad de espacio, con la exposición de sus frutas y verduras. A la ocupación de espacio físico e impedimento de poder pasear por la acera normalmente, se añade el efecto nocivo que puede tener el sol o las inclemencias del tiempo sobre los artículos que se venden.

Me sorprende que COCEMFE no haga nada al respecto y, sobre todo, conociendo a su dirigente Carlos Laguna que siempre ha sido un luchador nato, así como a los dirigentes de la ONCE que son otro colectivo claramente perjudicado por estos hecho nada solidarios y meramente egoístas.

Ah…. Y el Ayuntamiento está, se le espera, o ¿son más importantes la búsqueda de votos en otros caladeros? A lo mejor es que no saben cómo tratar a los zombis. Todo podría ser.