Noticias Castellón
miércoles, 1 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:34

Espíritu de reuma

Tiempo de Lectura: 3 minutos, 31 segundos

Noticias Relacionadas

Pedro Tejedo. Abogado.

El pasado sábado se celebró una manifestación en Bilbao en defensa de los presos de la banda terrorista ETA. Sobre la gente que acudió no voy a opinar, me interesa mucho más reflexionar sobre quienes no estuvimos en ella.

Desde el PPSOE se nos vende la paz que supone el anuncio del cese definitivo, que no desaparición, de la actividad terrorista de ETA. Por supuesto, con el reparto de papeles propio de esta simpática pareja, el PSOE se atreve a venderlo expresamente y el PP lo hace de manera más discreta, con el silencio y con la asunción de lo hecho en materia terrorista por el gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero.

La pregunta que creo que nos debiéramos hacer a nosotros mismos es: ¿Compro ese producto que me vende el PPSOE? En primer lugar debemos partir de una premisa básica, que el todopoderoso PPSOE me venda algo no me obliga a comprarlo, puedo pensar por mi mismo.

Tras esa asunción de responsabilidad y de mayoría de edad ciudadana, puedo llegar, básicamente, a una de estas dos conclusiones:

1ª) La actual situación es buena porque es verdad que ETA no se ha disuelto, pero ha anunciado el cese definitivo de los atentados y lleva tiempo sin asesinar. Esa circunstancia es tan importante que todo lo hecho para lograrlo merece la pena, y respecto de las víctimas comprendo su malestar pero unos pocos miles no pueden condicionar el futuro de millones y, además, algunas se han puesto ya bastante pesadas y no se dan cuenta de que hay que pasar página.

2ª) Esa paz es la paz de los cementerios, que no implica ni libertad ni justicia y recuerda a los famosos 25 años de paz del franquismo, pues toda dictadura vende paz y orden a cambio de perder libertad y justicia.

Esa paz pactada supone una ignominia y, peor aún si cabe, una estupidez. Cuando la democracia española había derrotado policialmente a la banda terrorista ETA, se pacta con los terroristas darles una salida digna, y con ello, una victoria política. ETA no anunció el cese definitivo de la violencia por el solo hecho de que se legalizara su brazo político, de hecho ya lo estuvo durante años y fueron los años de mayor actividad terrorista, sino que anunció ese cese por la combinación de esa salida digna y su derrota policial.

Por lo tanto, la derrota, no sólo policial, sino también política y social de ETA por parte de la democracia española es el único final de aquélla que debe perseguir cualquier ciudadano demócrata, y no sólo porque ello suponga un acto de justicia para con las víctimas, sino porque quien a pesar de no haberse visto golpeado directamente por la acción terrorista no se considere, en un sentido político, víctima del terrorismo, en realidad lo que no debe considerarse es un ciudadano demócrata.

Desde luego yo me sumo a esta segunda postura, pues la primera, la que se nos vende desde el PPSOE, creo que nos conduce a lo que podríamos llamar, en un juego de palabras, el espíritu de reuma, pues supone el reflejo de una ciudadanía anquilosada, cansada, acomodaticia, que ni siquiera necesita caer en el síndrome de Estocolmo sino que le basta con ladrar con los lobos a fin de no ser señalada, de no verse molestada en su eterna y vetustiana siesta mientras hace la digestión del cocido y la olla podrida.

Frente a ello, algunos deseamos volver a lo que fue el Espíritu de Ermua, que condujo al más importante pacto entre las fuerzas políticas democráticas desde la Constitución de 1978, el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo de diciembre del año 2000.

¿Usted qué elige, Espíritu de Ermua o espíritu de reuma? ¡Ah!, por cierto, hay que elegir, pues en esta tesitura abstenerse también es elegir, y si duda qué elección implica la abstención le daré una pista: pida cita al reumatólogo.