Miguel Prim Tomás. Ex Parlamentario Nacional.
Pienso, y por eso lo he expuesto, que en mis anteriores escritos, si me han seguido, he planteado siempre que hemos de seguir sobre todo en este 2015 una serie de bases de consenso y diálogo, que tendrá que ser el futuro a partir de lo que las urnas hayan dicho, y que por supuesto ellas y no otras circunstancias habrán marcado una pauta a seguir.
Y esa pauta puede tener una serie de apartados o llamémosle iniciativas para demostrar ante los ciudadanos que el consenso y el diálogo son y deben de ser el estandarte que nos
conduzca a una España plural, pero sin ‘turbulencias’ enunciadas fechas atrás.
Nunca debemos de pensar como alguien a quien leí en un medio de Castellón que decía que "pactar con la derecha no cabe en un futuro de decencia y bienestar". Esas frases no conducen precisamente al consenso y al diálogo. Porque por esa misma regla de tres, los que hemos estado en política, y ahora vemos el panorama actual, creo que tenemos la obligación ‘moral’ de opinar y decir que son momentos de, repetimos, consensos, diálogos y de cambios, y cara a las nuevas confrontaciones electorales, pensar sobre todo cómo va a quedar el panorama político por esos temas que hemos dicho, como la corrupción, los Partidos Políticos, la independencia del poder judicial, el secesionismo y el exceso del gasto público, entre otros muchos.
Son muchas las cosas que el centro-izquierda y el centro-derecha pueden y deben ponerse de acuerdo, bien ¿antes?... o bien ¿después? Pero entonar el ‘mea culpa’ para que el ciudadano piense en esa regeneración de ideas y voluntades. Alguno que me esté leyendo puede pensar y decir que eso que expongo es ‘política-ficción’.
Creo que si hay buena voluntad se pueden conseguir cosas importantes para este Reino llamado de España, que no se merece el trato que últimamente le hemos dado. Yo diría que hacen falta al menos dos cosas: cordura y arrimar el hombro. En eso, ¿estamos de acuerdo?
