Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
Hace unos años en Teruel cobró fuerza un movimiento cívico llamado “Teruel existe”. Fruto de la presión de aquel movimiento, hoy la provincia vecina cuenta con unas importantes infraestructuras viarias e incluso cuenta con un aeropuerto donde aterrizan aviones. Pues bien, tal vez ha llegado la hora de que en Castellón surja un movimiento similar. Y es que si Teruel existe, Castellón resiste. Castellón resiste la marginación de los gobiernos central y autonómico, y la total incompetencia de las élites políticas de nuestra provincia. Porque, ¿alguien se imagina como sería Castellón si la clase política fuera digna representante del dinamismo de la sociedad civil castellonense?
De esta manera, iniciamos un nuevo curso, y no se aprecia ningún avance en los tradicionales problemas y la constante marginación que padece Castellón. Incluso se pueden apreciar retrocesos. De esta manera, la patochada del llamado Tercer Hilo, una chapuza digna de Pepe Gotera y Otilio y que en ningún caso puede ser calificado como Corredor Mediterráneo, sufre problemas y la amenaza de parálisis. Así mismo ni la AP7 será rescatada ni se procederá al desdoblamiento de la Nacional 340; lo único que ocurrirá serán las declaraciones retóricas de rigor y los golpes en el pecho para culparse unos a otros. Y por supuesto, la A68, la llamada Autovía del Ebro, seguirá durmiendo el sueño de los justos en lo que concierne a Castellón.
Así mismo, tenemos al aeropuerto paralizado, y sin visos de que funcione y con cada vez mayor riesgo de convertirse en un esperpento paradigmático. Y ello siendo como somos la única provincia costera sin aeropuerto y teniendo el turismo una potencialidad enorme en nuestras tierras. Y respecto al AVE a Castellón, los actos de fe sustituyen continuamente a las realidades. Y todo ello, por supuesto, sin centrarnos en la lamentable infrafinanciación autonómica que padecemos, infrafinanciación que compromete gravemente nuestros servicios públicos y contra la que nuestra política no hace nada aparte de huecas declaraciones.
En definitiva, Castellón resiste. Aunque también es cierto que llevamos demasiado tiempo resistiendo, y que el dinamismo de nuestra sociedad civil tiene un aguante que la incompetencia de nuestros políticos puede comprometer. Así de cierto, así de lamentable.
