Marisol Linares. Ex diputada del PP.
Eso es lo que ha ocurrido y está ocurriendo en el Partido Popular debido a los casos de corrupción que nos están sorprendiendo y que están dando de lleno a la marca PP. Es bochornoso ver como algunas personas se han aprovechado de las siglas y han utilizado el poder para corromperse.
Pero como una de las personas que he estado comprometida dentro de la organización de forma intensa y con cargos de responsabilidad quisiera hacer una reflexión ante la opinión pública porque “no todos somos iguales” y esto es algo que los ciudadanos deben comprender aunque, a veces, les resulte difícil. La gestión y el trabajo de muchos años avalan una trayectoria con resultados positivos para la sociedad.
Quisiera lanzar una punta de lanza en favor de todas aquellas personas, sobre todo las que no salen en los medios de comunicación ni en las tertulias, que son los concejales y alcaldes de muchos pueblos de España que de forma anónima sirven a su pueblo de forma desinteresada.
Ellos representan lo mejor de la acción política que en estos momentos está tan denostada por toda la sociedad. Por una parte, deberíamos ser capaces de separar la corrupción de lo que son casos de carácter administrativo. La corrupción es una lacra social que no puede ser usada como lo hacen algunos partidos para desviar la atención y atacar al adversario.
El PSOE y el resto de partidos salen diariamente atacando al partido popular por la corrupción pidiendo responsabilidades, en algunos casos sin haberse llegado siquiera a la imputación, negando la presunción de inocencia que es un derecho fundamental de todos los ciudadanos, y es que, a río revuelto ganancia de pescadores.
El PSOE está aprovechando este ‘totus revolutum’ para dar lecciones cuando es el partido en el que se ha producido el mayor saqueo de fondos públicos de la historia de nuestra democracia. Y en vez de preocuparse por la corrupción como uno de los peores problemas de la clase política, lo utilizan de cortina de humo para tapar sus problemas de división interna.
Esta situación favorece a partidos como Podemos que cautivan a la ciudadanía, utilizando un lenguaje demagógico que solo lleva a la destrucción de las instituciones y de la democracia.
Los dos grandes partidos deberían entender que son los únicos garantes de las libertades reales y de la democracia, por eso deberían hacer un frente común e intentar volver a ilusionar a los ciudadanos desterrando de forma contundente de sus filas a quien se corrompe en nombre de unas siglas pues están poniendo en peligro la democracia por una desafección total por parte de la ciudadanía.
