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sábado, 4 de mayo de 2024 | Última actualización: 21:46

Las ONGs

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

El escándalo destapado en los últimos días sobre la actuación de algunos miembros de la ONG Oxfam, en Haití durante los tiempos que siguieron al terremoto de 2010, está dando motivos de indignada reflexión sobre la forma en que las distintas organizaciones despliegan su acción en el terreno internacional. Básicamente tales organizaciones son de tres tipos: las Gubernamentales (OGs), las Empresas y las No Gubernamentales (ONGs).

Hasta hace medio siglo, solo las dos primeras tenían verdadera presencia internacional ya que las ONGs apenas habían proliferado siguiendo el exitoso camino de la Cruz Roja fundada a finales del siglo XIX.

Eran las Organizaciones Gubernamentales las que monopolizaban la presencia de los Estados en el mundo a través de sus aparatos administrativos y de los distintos Ministerios coordinados por los de Asuntos Exteriores que por medio de las Embajadas capitaneaban la actuación de los departamentos de Defensa, Comercio, Educación, C+T, Agricultura etc. Hasta tal punto la cooperación internacional llegó a ser importante para España que absorbió gran parte del presupuesto de Exteriores que pasó a llamarse Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

Desde el prisma privado, son las empresas las que despliegan su actuación buscando prioritariamente su beneficio y el enriquecimiento de sus firmas y de forma indirecta, el desarrollo y bienestar de los países sobre los que actúan.

Cuando las ONGs irrumpieron en el panorama internacional, despertaron la desconfianza de los Estados que veían a aquellos como organismos extraños, no sujetos al control y disciplina oficial y que por añadidura parecían querer criticar y enmendar la plana de los gobiernos.

Es evidente que poco a poco las ONGs fueron reforzándose, cobraron prestigio social y, como consecuencia, recibieron pingües beneficios y subvenciones de parte de la sociedad y del Estado. El número de ONGs creció extraordinariamente alcanzando cifras millonarias. En EEUU existen más de dos millones de ellas, como también ocurre en la India, siendo raro el país en que no cuentan con varios miles de ONGs.

De entre ellas destacan Transparencia Internacional, Amnistía, Greenpeace y Médicos sin fronteras que, sin duda han llegado a tener mayor aureola de dedicación, altruismo y prestigio que las propias administraciones gubernamentales.

Muchas de estas ONGs están desplegando acciones meritorias que sin duda ayudan al progreso de los pueblos y de las poblaciones sobre los que se despliegan. El mérito es aún mayor si tenemos en cuenta que sus actividades se desarrollan en condiciones precarias y sin obtener grandes beneficios materiales.

Tal precariedad afecta también a los instrumentos organizativos y de control lo que hace que con excesiva frecuencia se produzcan escándalos como los que recientemente han afectado a Oxfam y también a Médicos sin Fronteras.

No es que las administraciones gubernamentales y las empresas no hayan cometido errores e incluso despertado escándalos pero sus propias estructuras tienen mecanismos de auto-corrección y superación.

Sin querer exagerar, los recientes escándalos afectaran no solo a las organizaciones señaladas sino a todas las ONGs en general que, al menos durante algunos meses, tenderán a corregir algunas de sus deficiencias como son que el 90% de sus presupuestos vayan destinados  a pagar gastos de administración (con lo que solo un mísero 10% revierte en beneficio de los pueblos) y también que bajo el manto de nobles propósitos humanitarios muchas de estas ONGs encubran inconfesables propósitos políticos e ideológicos.