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sábado, 4 de mayo de 2024 | Última actualización: 11:25

Parón sin precedentes en el fútbol modesto

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Juan Francisco Roca. Periodista deportivo.

No se recuerda algo similar. Sucedió el pasado fin de semana en toda la Comunitat Valenciana. No hubo fútbol modesto en todo el territorio. Una reivindicación lógica por la nueva ley de emprendedores que tiene previsto poner en marca el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Sólo en la provincia de Castellón fueron cerca de 11.000 los futbolistas de todas las edades (salvo Primera, Segunda B y División de Honor) los que secundaron la huelga. ¿Servirá para mucho? ¿Para poco?

Siempre se ha dicho que la unión hace la fuerza y en esta ocasión el fútbol ha demostrado desorganización. Unos hicieron la huelga hace un mes, otro hace tres semanas, otros hace dos,... al antojo de las territoriales. Y en la Comunitat Valenciana hemos sido, junto a la de Castilla la Mancha, los últimos de Filipinas. Yo, personalmente estaba de acuerdo con este plante. Con esta reivindicación, pero no cómo la ha planteado la FFCV y sus dirigentes.

Los campos quedaron vacíos durante dos días: el 7 y el 8. Ahora tocará recuperar estas fechas en unos calendarios muy comprimidos. El próximo fin de semana empezará a rodar el balón en algunas categorías (Tercera y Liga Nacional), mientras que el resto quedará todo para después de las fiestas falleras, el fin de semana del 21 y 22. Y luego veremos qué pasa.

Cabe recordar que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social prepara la nueva ley de emprendedores; una ley que implicaría una regularización de todas las actividades que conlleva el deporte base. Todos los equipos, incluidos los más modestos, deberán dar de alta en el régimen de seguridad social a todos los colaboradores, cobren más o menos. Es decir, todos los clubes, con esta ley, deberán constituirse como empresas.

En el deporte base es habitual que muchos entrenadores o preparadores físicos cobren una cantidad simbólica por sus servicios de unos 70-100 euros. En caso de tener que dar de alta a todos estos colaboradores, los clubes modestos sufrirían una auténtica sangría en sus cuentas, además del lógico quebradero de cabeza burocrático que esto supondría. La mayoría de equipos del deporte amateur irían a la ruina, y muchos jóvenes se quedarían sin poder practicar su deporte favorito.