Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
No vivo en Castellón. Pero si viviera, y sin lugar a dudas, rompería la promesa que me hice hace tiempo de no volver a votar al PSOE. Votaría al PSPV sólo en las elecciones municipales, y única y exclusivamente porque Amparo Marco es la candidata.
Conozco a Amparo desde hace tiempo. Y puedo decir que es un lujo como cartel electoral y que será una gran Alcaldesa de Castellón. Hablé con ella en Las Paellas de Benicàssim, mi ciudad, y la encontré llena de entusiasmo y al mismo tiempo con un intenso sentimiento de responsabilidad. Me contó que quiere que Castellón vuelva a ser una ciudad amable con sus vecinos, que su proyecto pasa por volver a hacer del Ayuntamiento y de su máximo representante alguien abierto y cercano a los vecinos de la ciudad, por recomponer y recoser una ciudad que está hoy día en muchos sentidos rota. Me contó esta economista nacida en el barrio del Raval, de lo que se llama socarrel, que ella respeta las tradiciones y en cierto sentido es una entusiasta de ellas, pero que al mismo tiempo no renuncia a que el Ayuntamiento elimine ciertos tics franquistas que perviven hoy día. El apoyo a las Fiestas y la aconfesionalidad de la corporación son perfectamente compatibles, me dijo. Y yo, por supuesto, la creo. Me parece una de las personas que está en política más fiable de esta provincia. Y con el proyecto más claro de lo que debe ser Castellón en el siglo XXI.
En circunstancias normales, Amparo lo tendría extremadamente fácil para ganar. Y es que enfrente no sólo tiene un candidato como Bataller que, pese a una abusiva campaña de propaganda o tal vez a raíz de la misma, tiene una creciente imagen de autómata. Es que tiene una gestión del PP en la ciudad que se remonta muchísimo en el tiempo y que se ha mostrado particularmente dañina. El Tram, la ausencia de un proyecto armónico de desarrollo urbanístico digno de ese nombre, el abandono del parque Ribalta, el deterioro creciente de la ciudad y en especial del centro son difíciles de ocultar. En condiciones normales, Amparo arrasaría. Lo que ocurre es que tiene que lidiar con la feroz y casposa casta, y alguna de ella a sus mismas espaldas. Esperemos que sepa lidiar. Y que abra una nueva y necesaria etapa en la capital de la Plana.
