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martes, 7 de mayo de 2024 | Última actualización: 14:36

¿Quién defrauda?

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

Hace bien poco se publicó que el fraude fiscal suponía ya el 25 % del PIB de España, y que en Castellón circulaban nada más y nada menos que 3.000 millones de euros en B. La respuesta del gobierno del señor Rajoy, de los señores del PP, en su línea habitual de lanzar cortinas de humo para no molestar a las élites extractivas económicas de este país, ha consistido en anunciar a bombo y platillo inspecciones de todo tipo en agricultura y en hostelería; ha consistido en anunciar mano dura para los, según ellos, “15.000 trabajadores ilegales de Castellón” y señalar que harán inspecciones para parados que trabajen “en negro”.

Sin embargo, según GESTHA, los técnicos de Hacienda, que son los que de verdad saben de esto, el 72 % del fraude fiscal que se realiza en este país llamado España lo hacen las grandes empresas y grandes fortunas. Es decir, el dinero negro de pequeñas empresas o de parados que completan la prestación con un sueldo en B, y para los que muchas veces ya ese dinero no declarado  es su único medio de subsistencia, no supone ni de lejos, y aunque no debemos dejarlo de lado,  el principal problema de la economía sumergida de este país ni del fraude fiscal que nos atenaza.

El principal problema radica en esas grandes empresas, como buena parte de las del IBEX, que utilizan sistemáticamente paraísos fiscales, en esos grandes empresarios y políticos que se han llevado su dinero a Suiza. Y radica así mismo en esos sofisticados métodos de elusión fiscal como por ejemplo las SICAVs, utilizados sistemáticamente por las grandes fortunas para tributar únicamente al 1 %.  Esos son los verdaderos problemas. Claro que afrontarlos implicaría que la élite política, y sobre todo este gobierno, tendría que enfrentarse a la élite económica. Y por supuesto no están dispuestos. Es mucho más cómodo lanzar cortinas de humo, subir impuestos indirectos y culpabilizar al currito en paro o al dueño de un bar que romper la alianza estrecha que mantienen las elites extractivas de este país.

Es por ello por lo que la AEAT apenas ha crecido en personal un 3 % desde 1992, es por ello por lo que su dotación de personal es 8 veces inferior a los países avanzados, es por ello por lo que el número de inspectores dedicado a las grandes empresas es ridículamente escaso, es por ello por lo que el intento de control de las SICAVs es una entelequia. Así nos va a nosotros, así les va a ellos. Aunque tal vez haya llegado la hora de cambiar las cosas, ¿verdad?