Los conselleres han recibido un pergamino acreditativo en un acto institucional en el que el presidente ha felicitado a la ciudad
El Ayuntamiento de Castelló ha celebrado con orgullo un acto institucional, con asistencia de todos los miembros del Consell, para hacerlos partícipes de los festejos que se han organizado para celebrar el 772 aniversario de la fundación de la ciudad. El cronista oficial de la ciudad, Antonio Gasto ha realizado el relato de aquellos hechos, en una sesión presidida por la alcaldesa, Begoña Carrasco y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.
La promoción de la ciudad, sus símbolos, sus orígenes, y lo que la provincia denomina ‘orgull de genealogia’, comienza desde la gente, desde el pueblo, desde sus autoridades y sus instituciones.
Y por esa razón, el ayuntamiento ha agradecido el gesto del presidente del Consell, de reunir a todo su gobierno en pleno en esta institución, con un acto institucional que deje grabado a fuego, en todos los representantes autonómicos, ese ‘orgull de genealogia’ que la diferencia de cualquier otro municipio de la capital de la Plana.
El acto se ha celebrado en el salón de plenos, presidido por la alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.
Ha tenido lugar una vez finalizado el pleno del Consell, celebrado en la sala de Comisiones y Junta de Gobierno, con algo de retraso sobre la hora inicialmente prevista.
Los conselleres y autoridades públicas han ocupado los sillones del público, mientras la corporación (no al completo), lo ha hecho desde sus bancadas.
No estaban todos los concejales. Unos porque, durante esa misma hora asistían como diputados provinciales al pleno de diputación. Otros, de la oposición, porque tenían sus respectivos trabajos. Con todo, estaban representados la mayor parte de los concejales del equipo de gobierno del PP y VOX; algunos concejales del PSOE, y ninguno de Compromís.
En un acto que rinde homenaje a la historia de la ciudad no podía faltar el mayor conocedor de la historia de Castelló, el cronista oficial de la ciudad, Antonio Gascó. Un relato apasionado, cercano, y como buen catedrático y docente, lleno de esos pequeños detalles que consiguen que la historia se convierta en la mejor narración novelada.
A través del cronista de la ciudad, los asistentes pudieron desplazarse en el tiempo para revivir lo que fue la guerra del rey Conquistador cuando inició su cruzada para conquistar, en el levante español, las tierras que poblaban los moriscos.
Para recordar un primer privilegio de traslado, una primera carta pobla, firmada el 8 de marzo de 1239, otorgada a su tío, el Infante Nuño, para crear una ciudad amurallada, con población estable, donde pudieran asentarse los primeros pobladores cristianos y defender, los terrenos conquistados por Jaime I.
Tal como relataba Antonio Gascó, mientras parte del público lo miraba extrañado, aquel permiso autorizaba la colonización de 54 nuevos vecinos, de naturaleza cristiana, para formar un núcleo de población amurallado. Una población que eligió como asentamiento la zona situada al pie de la montaña, entre la Font de la Reina y el Molí la Font, porque era tierra fértil, y porque había agua…
Sin embargo, aquel primitivo Castellón no evolucionó como se pretendía. La muerte del infante Nuño llevó a Jaime I a conceder aquellas tierras al Infante Pedro. La amenaza de los moriscos era constante, y la determinación real se plasmó en decretos que obligaban a la población morisca a abandonar aquellos territorios para concentrarse en otros.
El Infante Pedro se revolvió contra el monarca y surgieron los pleitos, no en vano, los moriscos eran la principal mano de obra de aquellas tierras.
La intervención de la reina Violant d’Hongría y el Laudo Arbitral del 27 de febrero de 1249, fue determinante para solventar el conflicto. En el reparto de concesiones, la zona de Castelló se dejaba bajo el señorío de Ximén Pérez de Arenós.
El rey, a través de su lugarteniente principal y hombre de confianza, tomaba para si el dominio del Castell Vell y la Plana, que suponía un asentamiento estratégico fundamental para no perder los territorios conquistados frente a las rebeliones de los islamistas.
Esta decisión se formalizó con el Privilegio de Traslado firmado en la ciudad de Lérida el 8 de septiembre de 1251.
El lugar elegido, se situaba ahora en el llano, junto al camino real entre Valencia y Barcelona, actual calle Mayor, donde la ciudad, de privilegio real, evolucionó y se consolidó en poco tiempo.
Ese privilegio de traslado del 8 de septiembre de 1251, es el que se celebra ahora, cada año, como el documento que hizo posible la ciudad. Y los castellonenses hicieron el resto; desde el principio vistieron el relato, se desplazaron por huertos y caminos con luces colgadas en los gaiatos, para iluminar el camino (el origen de las gaiatas), llevaban a la prole atada con cintas al báculo del jefe de familia… y siempre guardaron como un tesoro el convencimiento de que saber reconocer su origen era un símbolo que los diferenció desde el primer momento; razón que se recuerda cada año en la procesión de la Romeria de les Canyes.
Una conmemoración histórica, que recuerda a la conquista del territorio; una procesión penitencial, de carácter religioso, con la que se ha solicitado la ayuda de la divinidad para hacer frente a los tiempos más oscuros…y una procesión cívica, que parte desde el ayuntamiento y que la entidad municipal, como entidad que representa a todos los ciudadanos, tiene la obligación de preservar, porque está catalogada como Bien de Interés Cultural.
Completado el relato, la alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco y el presidente de la Generalitat entregaron un pergamino conmemorativo a cada uno de los miembros del Consell.
Y para finalizar, también entrego al presidente de la Generalitat, un pergamino enmarcado como muestra de agradecimiento de la ciudad de Castellón a la Generalitat Valenciana, por participar de una de sus fiestas más significativas.
Carrasco: Castellón necesita al gobierno valenciano para resolver muchos problemas heredados
En su discurso, la primera edil ha destacado que este es un acto de apoyo y
compromiso con una ciudad que mira hacia el futuro “y que no quiere ser más
que nadie, pero menos tampoco”. “Castellón necesita al gobierno valenciano
para resolver muchos problemas heredados en muchos ámbitos, el hecho de la
presencia hoy aquí del presidente de la Generalitat y de todos sus miembros
demuestra voluntad de afrontarlos y resolverlos y marca un punto de inflexión
respecto a épocas anteriores, que no han beneficiado en nada a los castellonenses”.
Carrasco ha dicho sentirse orgullosa de una ciudad que tiene “una tierra fértil, una industria líder, un paisaje único bañado por nuestro mar Mediterráneo. De gente sencilla pero trabajadora y ambiciosa, que sabe luchar para conseguir lo que se propone. Y que sabe que cuando se une, es imparable además de saber reconocer y devolver con creces todo el apoyo que recibe”.
Mazón: agradecido por el diploma, pero también se lleva los 'deberes' encargados por Carrasco
El president de la Generalitat ha asegurado que se lleva “los deberes que la alcaldesa nos ha puesto y adquirimos ese compromiso para trabajar juntos. Será un placer cumplir cumplir con la ciudad de Castellón que tiene un gran pasado y que con el esfuerzo de todos tiene un extraordinario futuro. ¡Viva la ciudad de Castellón y Visca la Mare de Déu del Lledó!”.
