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lunes, 6 de mayo de 2024 | Última actualización: 00:45

Cargar las pilas

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Jorge Fuentes. Embajador de España

Sánchez estuvo de vacaciones un par de semanas en las que se le acusó de todo lo acusable: de ignorar los incendios en España, de escurrir el bulto cuando sus colegas europeos daban la cara en la gravísima crisis de Afganistán, en dejar que se pudriera el asunto de la repatriación de los menores colocados por Rabat en Ceuta y otros cientos de emigrantes africanos perecidos en las inmediaciones de las Canarias donde nuestro Presidente remojaba su cuerpo serrano.

Hay que reconocer que las vacaciones son un gran invento que sirven para reflexionar, reorientar los problemas y recargar las pilas. También deberemos admitir que el nuevo gabinete de Sánchez funciona bastante mejor que lo hizo, al menos en sus últimos tiempos, el del ínclito Ivan Redondo.

Parece que nuestro Presidente está de suerte. Ha sido salir de Lanzarote y ver cómo los grandes caballos de batalla sobre los que cabalgaba la oposición se enderezaban muy a su favor. Veamos.

La gravísima crisis de Marruecos originada por la acogida en un hospital de Pamplona del líder Polisario, se resolvió por la vía rápida con la defenestración de la sufrida ex Ministra de Exteriores, señora González Laya, poco ducha en materias diplomáticas y su sustitución por José Manuel Albares un profesional que reorientó adecuada e incluso brillantemente el problema. Resultado: el propio Rey de Marruecos tituló a nuestro Presidente, Su Excelencia Don Pedro Sánchez Presidente del Gobierno español, con quien está deseoso de reorientar las relaciones bilaterales de forma mucho más constructiva y novedosa. Aunque las declaraciones del monarca alauita valen lo que valen, Sánchez no había recibido en mucho tiempo semejante regalo ni tamaño tratamiento. Asunto resuelto, por ahora.

¿Qué Sánchez había hecho oídos sordos a los incendios españoles? Ahí se plantó Don Pedro a soltar su prédica ante los damnificados en Ávila prometiendo compensaciones que luego llegaran o no llegarán pero por el momento el asunto "incendios" esta superado.

Y lo más grave de lejos: Afganistán. ¿Qué Macron, Merkel, Johnson entre otros líderes europeos han aparecido en sus respectivas televisiones para encabezar el retorno de sus refugiados, mientras Sánchez vacacionaba? Poca cosa: Sánchez con su campamento en Torrejón ha conseguido en su primer día de retorno, traer a Von der Leyen y a Michel y hacerles declarar que España es el modelo para toda la Unión Europea de cómo se debe encauzar el salvamento de los posibles refugiados afganos no sólo con rumbo a España sino a toda Europa.

No solo la UE aplaude la política de Sánchez sino que, cabalgando sobre la crisis afgana, consigue enderezar la frígida relación con los Estados Unidos y enterrar la vergonzosa "cumbre" de 30 segundos de duración en la reunión de la OTAN en Bruselas. Esta vez Biden -¡por fin!- telefoneó a Sánchez, le habló durante más de media hora y le agradeció su intermediación en la repatriación de colaboradores norteamericanos en Afganistán dando carta de naturaleza a las bases en Rota y Morón como escala para los refugiados que vuelen con rumbo a Norteamérica.

A decir verdad, a Sánchez le ha venido Dios a ver y su reaparición tras unas breves vacaciones le ha permitido salir en hombros dejando a la oposición en un pobre estado de ánimo. Ello no quiere decir gran cosa. Acaso una inmediata encuesta de Tezanos le de una remontada espectacular pero ello no se mantendrá por mucho tiempo, conociéndose altibajos hasta que lleguen las próximas elecciones.

Entretanto el PP seguirá pidiendo una comparecencia parlamentaria y acaso Vox pedirá contención a la hora de recibir refugiados. En esta última cuestión no debemos preocuparnos por posibles invasiones de inmigrantes afganos. Los propios talibanes van a actuar de criba. No será fácil que pasada la estampida del aeropuerto de Kabul, los talibanes permitan la salida del país a más de 50 o 100.000 afganos, una cifra modestísima que el mundo occidental no tendrá el menor problema en acoger y que a España traería a no más de mil personas.

El problema vendrá con los millones de hombres y mujeres que quedarán en el país bajo la egida de un régimen despiadado.

Pero ese es otro problema al que habrá que hacer seguimiento.