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martes, 23 de abril de 2024 | Última actualización: 21:34

Salvar vidas

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

Por salvar el día de la mujer internacional el 8/03/20, murieron en España 25.000 personas de Covid-19; por salvar el verano fallecieron otras 25.000; por salvar la Navidad perdimos otras 25.000 vidas. Veremos cuántos caen por salvar las elecciones catalanas del próximo día de San Valentín.

¿Cómo es posible que alguien vaya aún pensando en salvar la Semana Santa, las Fallas, los Sanfermines, un nuevo verano cuando España está en uno de los peores momentos de la pandemia?

Por el momento todo está en manos de las vacunas que proliferan como hongos, pero llegan con cuentagotas y que no sabemos si serán capaces de frenar las aún más diversas cepas de los virus que brotan sin cesar.

Los especialistas en virología están haciendo lo que pueden y nos dan sus opiniones según su leal saber y entender, con lo que la sufrida opinión pública sigue en un mar de confusión.

Las únicas pistas seguras que tenemos son, de un lado, la estrategia anti Covid seguida por ciertos países de nuestras antípodas, en especial Australia y Nueva Zelanda, que cuentan con unas cifras de contagios y defunciones semejantes a las que se producen en una gripe ordinaria. De otro lado, nos sería útil observar los resultados de la vacunación masiva operada en países como Israel y Dinamarca. Si en ellos el resultado es exitoso, podremos confiar que igual vacunación masiva lo será también en el resto de los países.

Todo ello sin rebajar las medidas precautorias hasta que la pandemia haya desaparecido en el mundo entero y ello permita reabrir las líneas aéreas, los viajes y el turismo. Proceder en el sentido contrario sería tan inútil como cerrar las ventanas pero abrir las puertas.

Por el momento el desafío que en España tenemos más próximo son las elecciones catalanas del 14/02. Hay quienes opinan que los compromisos políticos deben mantenerse y que no es presentable permitir a la gente viajar en metro, ir al trabajo o a la escuela y sentarse en terrazas públicas aplazando a la vez las elecciones.

Se trataría una vez más de compatibilizar la salud y la economía. Ya hemos visto en tres ocasiones (marzo, julio y diciembre) las nefastas consecuencias producidas. Quisiera equivocarme pero previsiblemente las elecciones catalanas provocarán un alza de contagios considerable en la Comunidad en marzo.

Es evidente que el gobierno central forzó el mantenimiento de las fechas electorales para aprovechar el aparente tirón de ese penoso ex Ministro de Sanidad reconvertido en la gran esperanza blanca del constitucionalismo catalán.

Si Tezanos acierta e Illa arrasa, deberemos pensar que el votante catalán ha perdido parte de su seny: votar a un señor con la lamentable trayectoria ministerial que se ha llevado por delante 80.000 vidas, tan solo porque le han visto constantemente en la tele, diría bien poco del nivel cultural catalán.

Pero insisto en que no se trata de salvar las elecciones ni la Semana Santa, ni el verano. Los turistas no son necios y no volverán masivamente a España mientras no haya acabado la pandemia. De lo que se trata es de salvar vidas preservando el equilibrio social y lo que sea posible salvar del escenario económico.