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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 08:13

¿Recuperación a la vista?

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Enrique Domínguez. Economista

Tras la fuerte caída de la actividad económica en el infausto 2020, que todos recordaremos en nuestra memoria, muchos analistas y organismos nacionales o extranjeros, plantean en sus informes una recuperación para el año en curso que se podrá certificar con mayor seguridad en 2022. Sin embargo, se indica que ese crecimiento será asimétrico, que variará según países y, dentro de España, según comunidades e, incluso, provincias.

Aunque todas las previsiones encierran un grado de incertidumbre que puede hacerlas variar al alza o a la baja, en nuestro caso esa incertidumbre es mucho mayor: depende, por una parte, del proceso de vacunación que permita alcanzar el porcentaje suficiente para controlar la pandemia y, por otra, de la responsabilidad de todos los ciudadanos en cumplir las normas básicas para evitar los contagios. Y yo añadiría, de la capacidad de colaboración, de remar todos en el mismo sentido, del gobierno central y delas autonomías.

Lo cierto es que esos tres condicionantes no funcionan todo lo bien que debieran: hay problemas en el aprovisionamiento de vacunas en la UE, existe una organización en la vacunación bastante mejorable, hay una cierta irresponsabilidad de jóvenes y no tan jóvenes, pensando que el problema no va con ellos, pero olvidando que, generalmente, conviven con familiares mayores y de riesgo. Y, por si falta algo, la colaboración y el consenso entre los políticos es, cuando lo hay, más de boquilla que real, por desgracia en muchos casos, aunque en el estadio municipal, en general, va algo mejor.

Suponiendo que las previsiones de mejoría económica se cumplan en mayor o menor grado, la cuestión primordial es si esa recuperación va a permitir que,en nuestro caso, las perspectivas económicas a medio plazo sean las adecuadas para competir en el entorno internacional.

En el caso dela economía castellonense, volver ya este año o en 2022 a los niveles de crecimiento de antes de la pandemia ¿es suficiente para encarrilar adecuadamente su futuro?

Mi opinión es que no, en líneas generales, porque seguiremos teniendo los mismos problemas; lo urgente es exportar más o recibir más turistas, pero lo importante es asegurar y consolidar esos avances.

Si, como parece, se confirman en mayor o menor grado las previsiones de mejora de la actividad económica, la economía provincial, sin embargo, seguirá, en líneas generales, con sus problemas de antes dela pandemia: El sector citrícola continuará siendo uno de los pocos, si no el único, en el que el “fabricante” no fija el precio de venta, sino que queda a resultas del proceso de venta por los comercios o las cooperativas.

Nuestra actividad industrial continuará muy centrada en el sector cerámico y su clúster, con una escasa diversificación en nuevos sectores, salvo en el de las nuevas tecnologías, con ejemplos muy honrosos. Incluso el sector cerámico, a pesar de la calidad de sus producciones, seguirá vendiéndolas al exterior a bastante menor precio que los italianos.

El sector comercial seguirá con los problemas de calidad en la atención al cliente, de formación y de mayor coordinación sectorial.

Y el sector turístico que, salvo honrosas excepciones, mantendrá los mismos problemas de hace cuarenta años: calidad mejorable y marcada estacionalidad.

Los proyectos, aún no presentados, para acceder a los fondos de recuperación que la UE ha puesto en marcha, ¿van a permitir actuar sobre los déficits existentes en investigación, innovación, formación y cualificación, digitalización, infraestructuras físicas y no físicas, de manera que los sectores que actualmente tenemos puedan ser más competitivos y, sobre todo, se potencien aquellas actividades de mayor futuro.

Por eso, volver a los niveles prepandemia es retroceder; es pan para hoy y hambre para mañana.

Por otro lado, la precariedad actual de la mayor parte de los empleos y la inadecuada formación en muchos de ellos no es la mejor forma para garantizar el crecimiento y, por tanto, la legislación laboral debería ir en esa línea de mejora, lo que la actual reforma laboral parece no contemplar.

En fin, mejorará la actividad económica en los próximos meses, con menor fuerza de la prevista seguramente, pero también con demasiada certeza se seguirá sin actuar sobre los elementos imprescindibles para que ese crecimiento sea perdurable en el tiempo. ¿Y usted qué opina?