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martes, 23 de abril de 2024 | Última actualización: 22:52

Si necesitamos más de 20 días para adaptarnos a la primavera y rendir al 100% hay que descartar una posible patología

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El cansancio generalizado es un hecho multifuncional. No sólo nos afecta el cambio de luz solar, también el cambio de temperatura.

Las alteraciones hormonales que se producen en estos días, fruto de los cambios de luz solar, explican que la astenia afecte de manera especial a las mujeres.

La mejor forma de plantar cara a los cambios primaverales: dieta equilibrada, ejercicio y dormir las horas necesarias para alcanzar un descanso reparador.

Castellón Información

Cuando asoma la primavera gran parte de la población sufre un cansancio inexplicable. Es lo que llamamos astenia primaveral. “Es muy probable que la fatiga se deba a que nuestro cuerpo debe adaptarse a las nuevas condiciones de luminosidad, por el aumento de horas de luz solar, y de temperatura, a lo que hay que añadir cambios en la humedad y la presión atmosférica. En cualquier caso, el tiempo de adaptación a estos cambios no debería superar los diez o veinte días; de lo contrario, quizá haya que investigar si hay alguna enfermedad detrás de ese estado de agotamiento. También se produce un aumento de los síntomas riníticos por el efecto de la polinización, provocando un aumento de los síntomas de astenia“, aclara el doctor Agustín Fernández, alergólogo de Hospitales Nisa.

En realidad este cansancio generalizado es un hecho multifuncional. No sólo afecta el cambio de luz solar, también el cambio de temperatura -en esta época se producen contrastes muy bruscos- y al organismo le cuesta adaptarse.

Además esto también hace que nos cueste más dormir por lo que estamos más cansados. “La humedad también influye ya que altera unas betaendorfinas que tenemos en el cerebro y que son las que nos marcan el estado de ánimo”.

Las alteraciones hormonales que se producen en estos días, fruto de los cambios de luz solar, estarían también detrás de la llamada astenia primaveral y explicarían que ésta afecte de manera especial a las mujeres.

Alergias

Otra cosa bien sabida es que los procesos alérgicos se multiplican en primavera. No en vano, y según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), entre un 20%y un 25% de la población sufre rinitis alérgica. La inflamación que provoca no sólo se traduce en un malestar general quepuede hacer que se duerma mal, que se esté más irritable y, en definitiva, que se sienta más fatiga y desmotivación. “Durante la primavera la exposición a alérgenos se multiplica y el sistema inmunitario tiene que “luchar” más para hacerles frente”. Es más, es posible que no aparezcan síntomas, pero eso no quiere decir que el sistema inmunitario no esté haciendo frente a todos los agentes alérgenos propios de la primavera.

Complejos vitamínicos, ginseng, jalea real... el proceso de adaptación que, para algunos, pueda ser preciso con la llegada de la primavera dispara la oferta de productos en farmacias, parafarmacias y herbolarios que no siempre son eficaces.

Los especialistas apuntan a sencillas y razonables pautas higiénico/saludables como la mejor forma de plantar cara a los cambios primaverales: dieta equilibrada, ejercicio y dormir las horas necesarias para alcanzar un descanso reparador.

“Los alimentos y/o pro- ductos antioxidantes, así como la combinación de vitamina B y C pueden dar buenos resultados”.

Primavera y deporte

Por lo que respecta a los deportistas o aquellos que practican actividad física de forma intensa, los especialistas aconsejan evitar baches de neoglucogénesis, proceso desencadenado básicamente desde el hígado por la noche o durante tiempos de ayuno, para conseguir un aporte extra de glucógeno echando mano de las proteínas.

“Los suplementos proteicos con caseína y aquellos que incorporan glutamina pueden ayudar a mitigar una posible astenia primaveral en estos casos”, segura el Dr. Fernández.

Si bien es cierto que es difícil prevenir esos efectos, síse le puede plantar cara a la primavera y aminorar sus efectos con medidascomo:

Dieta sana y equilibrada, rica en verduras, frutas y cereales: hace innecesarias las vitaminas, a no ser que se padezca alguna otra patología, como puede ser una anemia. Se aconseja empezar el día con un buen desayuno y acabarlo con una cena ligera.

Ejercicio físico: libera endorfinas, que, a su vez, ayudan a afrontar el estrés y genera estados de ánimo positivos.

Dormir las horas necesarias: el tercer ingrediente clave es aumentar las horas de descanso ya que en primavera las necesidades energéticas son algo mayores, por lo que habría que irse antes a la cama y bajar el ritmo para que nuestro organismo se adapte cuanto antes a los cambios.