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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 16:07

Grecia, ¿Un ejemplo?

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Enrique Domínguez. Economista.

En julio de 2015, cinco años después del primer rescate y tres después del segundo, se aprueba el tercer rescate a Grecia que el pasado 20 de agosto se ha dado por finalizado.

Alguien podrá pensar que con la salida de Grecia del tercer rescate su futuro está despejado. Está algo más claro pero todavía con grandes nubarrones en el horizonte. Se habla de más de una década para recuperar su poder de compra de antes de la crisis; en 2007 el poder de compra de un griego era similar al de un español y ahora es una 40% inferior. Los recortes en sanidad, educación, salarios y pensiones han sido tan fuertes que la clase media y trabajadora griega se ha empobrecido mucho; el riesgo de pobreza se ha incrementado notablemente. Las pensiones han descendido a menos de la mitad, los gastos en salud se recortaron un 35% y el salario mínimo sigue congelado desde 2015.Los impuestos se han incrementado y el fraude sigue campando a sus anchas Las personas con buena formación han tenido que emigrar, en gran parte a Alemania.

España ha sufrido en menor medida la política de la austeridad como remedio a la crisis y estamos viendo sus consecuencias: crecimientos del PIB del 3% pero una tasa de paro de las más altas de la UE, un trabajo en
el que predomina la temporalidad y los bajos salarios, unas cotizaciones sociales que no consiguen equilibrar el importe de las pensiones, una escasa inversión en I+D+i -apenas el 1,2% del PIB-, una todavía relevante incidencia del fraude -inferior al griego-, una deuda al alza y un rescate bancario que todavía falta pagar en gran parte.

Larry Elliot en su reciente artículo en The Guardian, habla de las consecuencias de la política de austeridad durante la crisis en Grecia. Habla del coste social que esa política austericida ha ocasionado: recortes, cierres, falta de inversión; habla también del coste de oportunidad: la no realización o mantenimiento de infraestructuras; de la débil recuperación de la economía global tras la crisis; y de la casi rotura del contrato social entre líderes políticos y ciudadanos. Todo esto es aplicable a Grecia, pero también a España.

La salida de Grecia de su tercer rescate (hay expertos que creen que puede ser necesario un cuarto a pesar del crecimiento de su PIB, teniendo en cuenta que su deuda es el 180% de ese PIB), ¿ha resuelto sus problemas y los de la economía de la UE? ¿Ayuda a solucionar los nuestros? ¿Nos va a permitir exportar más a Grecia? ¿Hemos de aprender algo de ellos? Grecia era en 2007 el octavo cliente de Castellón suponiendo el 3,9% del valor exportado; pasa a ser el 5º en 2008 y representar el 4,9%. A partir de 2010, tras el primer rescate, caen en picado sus compras y su posición en el ranking: el 33º y el 0,67% en 2012 y el 39º y el 0,5% en 2013. Desde 2014 mejora ligeramente su posición y su peso relativo, situándose en 2017 como 28º cliente y el 0,71% del valor total exportado por Castelló.

Seguramente, la salida del rescate nos permitirá exportar algo más a Grecia (azulejos principalmente) pero, como he dicho líneas arriba, las clases media y trabajadora han perdido mucho poder adquisitivo, el fraude sigue siendo elevado, el ambiente está muy crispado y sus problemas apenas han iniciado su resolución; su prima de riesgo baja lentamente. Saldrán poco a poco del agujero pero, ¿a qué precio? Y cuidado, porque no es un caso aislado. Otros países, nosotros por ejemplo, hemos sufrido también la austeridad y apenas se han resuelto sobre bases firmes los problemas.

No sé si Grecia es un ejemplo, pero aprendamos de lo que les pasa. ¿Qué piensan ustedes?