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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 14:39

Escala al Mediterráneo: la conciencia de caballero del Gran Capitán y ‘las mil y una noches’ de la Corona de Aragón

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José Calvo y Jorge Molist ‘embelesan’ al auditorio con los relatos históricos en los que no faltaron ingenios, envidias y traiciones  

La segunda edición de las conferencias Escala al Mediterráneo comenzaban con las ponencias realizadas por los escritores José Calvo y Jorgi Molist. Dos novelistas de éxito que han tenido la oportunidad de embelesar al auditorio con relatos de historia apasionante.  Calvo ha referido la conciencia de caballero de ‘El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdova. Molist ha realizado un recorrido mucho más largo enlazando capítulos como ‘las mil y una noches’ del imperio de la Corona de Aragón.

Esperanza Molina/ Castellón Información

 width=Conocer la historia es aprender y disfrutar. Quienes fueron, de dónde procede nuestra cultura y qué detalles acompañaron a personajes que marcaron toda una época. Pero si además, si quienes la explican son también autores de novelas históricas, el resultado es casi perfecto. Y así ha ocurrido en el Edificio Moruno del Grau, en PortCastelló.

Con José Calvo Poyatos y Jorge Molist comenzaba la segunda edición de Escala al Mediterráneo, el complemento perfecto de Escala a Castelló. Porque si el acontecimiento que se celebrará esta semana es por si espectacular, escuchar y conocer a algunos de los personajes que protagonizaron aquella época, culmina la sensación de ponerle cara y nombre a la historia que ha hecho lo que ahora somos.

El Gran Capitán, un caballero avanzado a su tiempo, de los que ya no quedan

 width=José Calvo Poyatos ha vuelto a convertirse en el organizador oficial de Escala al Mediterráneo.

Como ya hizo el año pasado al presentar ‘La historia infinita’ de Magallanes y El Cano, esta vez se ha centrado en otro personaje singular: Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido a través de los tiempos como ‘El Gran Capitán’.

Como bien ha explicado Calvo, el apelativo de ‘El Gran Capitán’ es una referencia obligada a lo que fue el imperio romano, que fue lo que llegó a ser gracias a sus legiones; sus soldados, pero también los capitanes que los dirigieron. Eran los soldados los que nombraban a sus grandes capitanes. Y fueron los soldados españoles los que también reconocieron a aquel ‘segundón’ andaluz, de procedencia noble, como el Gran Capitán que llegó a ser.

A grandes rasgos, José Calvo ha definido el origen de Gonzalo Fernández de Córdoba, hijo de una familia noble, del sur de España, que como otros hijos de grandes familias se quedaban fuera de la herencia que correspondía al primogénito. Las alternativas para ganarse la vida pasaban por acceder a la Iglesia o ejercer de soldado.

 width=Pero, además, Gonzalo Fernández de Córdoba tenía asumida la educación de caballero y los valores que representaba esa condición. Ser fiero en la batalla, leal a su señor, y conocedor de los valores del enemigo una vez caído.

“Las mujeres no son botín de guerra”

Y además, un caballero que llevaba hasta el extremo la máxima de que las mujeres no eran botón de guerra. Se podía matar, robar y arrasar. Pero a las mujeres había que respetarlas. Y, de hecho, llegó a acabar con la vida de sus hombres que no cumplieron con estos principios.

En calidad de caballero que participó en la conquista del reino de Granada, El Gran Capitán fue el elegido del sultán Boabdil para convertirse en el custodio de sus hijos, entregados como a la corona de Castilla como garantía del cumplimiento de los tratados que reconocían la supremacía de la corona cristiana sobre sus dominios.

 width=Las peculiaridades que convirtieron a González de Córdoba en lo que llegó a ser fue: su conocimiento de las armas, por supuesto; pero también su destreza para valorar la capacidad del enemigo frente a la propia, y con ello sus puntos débiles. Saber planificar la batalla y elegir el campo adecuado para desarrollarla.

De esta forma, Fernández de Córdoba fue encomendado por los Reyes Católicos para comandar la flota aragonesa con la que la corona se haría con el dominio de Nápoles. Comprendió que la infantería, los soldados de a pie que, durante la Edad Media habían sido ninguneados por la caballería, podían constituir la mayor fortaleza de su ejército, fue el origen de los tercios españoles. Y llegó a adelantarse a su tiempo con estrategias como la de camuflarse de blanco en una batalla sobre suelo completamente nevado para imponerse al enemigo.

 width=Además, era querido por sus soldados, que fueron los que lo denominaron El Gran Capitán. Su fama llegó hasta el extremo, que el mismo Papa Alejandro Borja le pidió ayuda para poder desbloquear el puerto de Ostia, desde donde entraban todos los alimentos a Roma, asediado por un pirata francés. Al final de aquella campaña, el segundón se había convertido ya en el Gran Capitán y duque de Terranova.

De esta forma, cuando asumió el mando de la segunda campaña, Fernando González de Córdova era ya un soldado reconocido que volvió a contar sus batallas por victorias.

Fallecida Isabel la Católica, su principal valedora, los celos y la envidias de Fernando se acentuaron. Le había prometido la orden de Santiago, pero solo le concedió el título de Alcaid de Loja, donde Fernando González de Córdoba constituyó una corte de estilo renacentista que retaba a la corte de Fernando el Católico.

Murió en 1515, de Tifus, según e cree, de lo que entonces se conocía como ‘tercianas’. Su tumba y sus restos fueron profanados y destrozados en la invasión francesa de principios del XIX.

La ‘historia de las mil y una noches’ de la Corona aragonesa en su ambición de consolidar el imperio

 width=La segunda conferencia de la jornada ha sido impartida por Jorge Molist. Escritor polifacético, gran conocedor de la historia y con una capacidad increíble para novelarla.

En este caso, su charla versaba sobre el primer imperio español en el Mediterráneo.

En este caso, Molist, ha relatado cómo la gran ambición del reino de Aragón fue siempre poder consolidar un imperio que abarcara desde el sur de Francia, a la zona levantina.

La diferencia entre José Calvo y Jorge Molist es, que mientras el primero inicia una historia, la alimenta, encandila al auditorio y la traslada hábilmente hasta el final sin desvelar todo el contenido que recoge en sus novelas, Jorge Molist, inicia una y otra, y otra historia, todas ellas encadenadas, que no llega a culminar, porque cada parte de ese relato está contenido en sus novelas.

 width=De esta forma, con Molist el público ha podido conocer la identidad, fortalezas y debilidades del pueblo cátaro del sur de Francia. Las sucesivas cruzadas desarrolladas por los Papas con una estrategia que se repetía una y otra vez: Una orden, un reto, una excusa para proclamar una Cruzada, un rey muerto, y una conquista que ampliaba las posesiones del Papado pero también de los señores franceses.

Una maniobra constantemente repetida, que se inicia con el reinado de Pedro II de Aragón, señor de la zona del sur de Francia, y protector de gran parte de Occitania entre Touluse y Foix.

Pedro II, conocido por su política de alianzas intentó frenar la cruzada y la matanza planificada en el territorio cátaro mediante el matrimonio de su hijo con la hija de Simón de Monfort, lo que se selló con la garantía de poner bajo la tutela de este a su hijo Jaime.

 width=Pero Pedro II falleció en la batalla de Muret y con ello Aragón perdía sus posesiones francesas y su primogénito quedaba en manos de Simón de Monfort donde hubo de ser rescatado posteriormente por los nobles catalanes y aragoneses.

Jaime I, educado por los templarios planteó sus propias campañas militares. No podía enfrentarse a los franceses cuya población superaba los 16 millones de habitantes frente a poco más del millón que poblaba las tierras aragonesas. Tampoco era posible ganar territorio frente a Castilla. Su señorío se amplió hacia el sur, donde conquistó toda la zona de dominio árabe hasta Murcia, y hacia el Mediterráneo.

Entre sus aliados se encontraba Manfredo de Sicilia, que tampoco mantenía buenas relaciones con el Papa. El compromiso del hijo de Jaime I, Pedro III, con Constanza, hija de Manfredo de Sicilia, selló aquella coalición.

 width=Una vez más, indicaba Molist, se volvió a planificar la misma estrategia que también le había salido al Papa con la zona Cátara.

Manfredo de Sicilia sería derrotado en una cruzada promovida por el Papa, de origen francés, que también acabó con la vida de Manfredo de Sicilia.

Pedro III de Aragón no solo consiguió recuperar Sicilia, sino también extender el dominio aragonés por el Mediterráneo.

El relato de Molist se ha prolongado hasta llegar a la figura de Fernando el Católico. Su paso por la historia ha sido rápido, con citas muy interesantes sobre los diferentes papas y los monarcas aragoneses. También ha aludido a las naves que dominaron el Mediterráneo, como la Galera del siglo XIII, que llevaba portones en la popa para poder embarcar a los caballos y donde convivían 350 personas. Y al escudo de Sicilia que durante siglos se mantuvo en el escudo de Aragón y luego en el de los Reyes Católicos.

Escala al Mediterráneo: programa del miércoles 20 de abril

Escala al Mediterráneo continuará el miércoles, 20 de abril a las 19:00 horas, con las conferencias de: Soledad Beltrán: "Castellón y el Mediterráneo durante la peste negra  de 1348"; y la charla de José Luís Corral: "Entre Peñíscola y Rodas. Templarios y Hospitalarios en el Mediterráneo". Se celebrarán en el Edificio Moruno del Grau