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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 14:20

Debemos mantener nuestros montes...

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David Vicente Segarra. Diputado provincial y alcalde de La Torre d’en Besora.

Es importante tener en cuenta que la mayoría de nuestro territorio forestal está declarado como espacio natural protegido, circunstancia que suele limitar a los propietarios a la hora de actuar en sus terrenos forestales. Además, todo propietario privado forestal puede entenderse que tiene la condición de agricultor. Por todo ello hay que contar con quienes intentan hacer de lo forestal un modo de vida, con la actividad de silvicultura, tan imprescindible al hablar de lo forestal, también con quienes intentan crear energía a través de residuos forestales, y ya trabajan en proyectos encaminados a conseguir hablar de bioeconomía, y con ello de economía circular.

Son numerosos los problemas a los que los propietarios forestales deben hacer frente, problemas que en los últimos años se han ido agravando. El mayor de todos ellos es la sequía, seguido por las altas temperaturas, que unidas a fuertes vientos, puede desembocar en graves desastres ecológicos debido al aumento de posibilidad de incendios.

La no gestión no es una solución sostenible, sobre todo si tenemos en cuenta estas amenazas cada vez más virulentas debido al cambio climático. Los bosques representan el 60 por 100 del total de la superficie de nuestra Comunitat Valenciana. La ausencia de gestión planificada los hace más vulnerables a estos episodios extremos atmosféricos. Toda esa madera muerta es el combustible perfecto para grandes plagas e incendios forestales.

En el Gobierno Valenciano son conocedores de la gran cantidad de combustible seco que pueblan nuestros montes por el abandono y la dejación en la prevención en los últimos años, pero aún así siguen de brazos cruzados y solo realizan actuaciones puntuales.

Desde el Partido Popular siempre hemos reivindicado que el prohibir por prohibir no es la solución, sino que se tiene que buscar una forma de gestión que sea sostenible a la vez que rentable y no tener que lamentar terribles incendios, que ademas del propio monte también se pueden ver afectados construcciones aisladas, como viviendas, granjas, lugares turísticos… y a su vez hacer frente a la despoblación y al cambio climático