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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

Bombas en Tel Aviv y Gaza

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

A lo largo de su Historia el mundo se ha organizado en 197 Estados independientes que han ido surgiendo lentamente y con distintas génesis. Existen países milenarios como China, naciones que cuentan con más de 500 años como España, algunas que alcanzaron la independencia hace algo más de dos siglos como es el caso de los Estados del continente americano y otros que se unificaron hace poco más de un siglo como Alemania e Italia.

Africa había estado fracturada en miles de clanes y tribus hasta que en la Conferencia de Berlín (1884-85), las potencias occidentales trazaron casi con regla y compás unas fronteras geométricas que crearían los 54 países existentes hoy, que las potencias se repartieron descaradamente.

De esos casi 200 Estados independientes protagonistas de la sociedad internacional actual, hay dos que pueden destacarse por su singular génesis; se trata de Liberia e Israel, profundamente distintos étnica, geográfica, cultural, económica y políticamente. Pero tienen en común que ambos nacieron como resultado de una decisión política externa.

A comienzos del siglo XIX, gobernando en los Estados Unidos el Presidente Monroe, nació en Washington la idea de devolver a África a los descendientes de los esclavos transportados años antes al suelo americano, creando para ellos un Estado que tendría el simbólico nombre de Liberia y cuya capital, en honor al presidente Monroe, se llamaría Monrovia.

La operación fue relativamente modesta ya que en conjunto solo retornaron a su continente un número aproximado de 20.000 personas, que representarían un 1% de la población entonces existente en el territorio que fue asignado al nuevo país.

Aquellos pocos miles, personas con escasa formación en su inmensa mayoría, se creyeron con el derecho a gobernar sobre la población autóctona que con el tiempo llegaron a rebasar los 4 millones de habitantes. Para distinguirse de ellos y en el tórrido trópico, vestían siempre de frac y con guantes blancos y crearon un partido único - el "Verdadero partido whig"- que gobernó más mal que bien, hasta 1980 en que los nativos, organizados en señores de la guerra (warlords) organizaron ejércitos paralelos, asesinaron a los líderes americanos sucediéndose al frente de un país que era poco más que una sucursal de Firestone en un territorio rico en caucho.

Hubo que adentrarse en el siglo XXI para que el panorama comenzara a normalizarse en Liberia con el acceso a la Presidencia de Ellen Johnson Sirleaf, la primera mujer Jefe de Estado en el Continente, galardonada con el Premio Nobel por su defensa de los derechos humanos y en 2017, con el nombramiento para el puesto del crack George Weah, ex futbolista de éxito en importantes clubs europeos y Presidente actual.

En lo que se refiere a Israel, está científicamente demostrado que el pueblo judío habito el territorio situado en Oriente Medio, desde varios milenios antes de Cristo. Tal espacio fue ocupado sin embargo por el Imperio Romano en el año 135 dC, atribuyéndole el nombre de Palestina y así continuó durante 19 siglos siendo habitado principalmente por el pueblo árabe.

A finales del siglo XIX y como consecuencia de movimientos antisionistas brotados en el mundo occidental -el caso Dreyfus fue el más notorio- comenzaron a producirse oleadas de emigrantes judíos hacia esa región. Poco antes de la I Guerra Mundial fueron unos 40.000, cifra que creció fuertemente después de la Declaración Balfour a la sazón Ministro de Exteriores británico, en favor de la creación de un Hogar para el pueblo judío. El territorio escogido se encontraba entonces bajo soberanía otomana, con la que Reino Unido estaba en conflicto.

El sentimiento de culpa nacido en Occidente tras el holocausto hizo que Israel creciera hasta alcanzar una población de 9 millones de habitantes.

El nuevo estado distó de verse aceptado por el entorno musulmán con el que entraría en constante conflicto en diversas guerras en que Tel Aviv -con el decisivo apoyo de los EEUU- resultaría siempre vencedor.

El pueblo judío ha creado un país admirable en muchos sentidos. Es la única democracia en la región. Es un pueblo próspero, culto, imaginativo. Pero el mundo árabe sigue presentando mayoritariamente un rechazo frontal a lo que consideran un Estado creado artificialmente para impedir la convivencia tranquila en la región. Los recientes bombardeos de Hamas a Tel Aviv y la contundente reacción de Israel es el último capítulo de un conflicto que no tiene visos de estar cerrándose.

Si mal que bien la modesta Liberia se ha asentado en África Occidental, Israel parece estar destinada a sobrevivir en tensión permanente con sus vecinos en Oriente Medio.